A ella se le ve de un lado para otro, supervisando que las labores marchen correctamente y la atención a los pacientes se cumpla con calidad y sentido humano. Debajo de todos los atuendos e implementos de bioseguridad que usa para disminuir el riesgo de contagio de COVID-19, aunque ella ya pasó por un duro episodio, existe una un joven esposa e hija, que cada vez que sale a trabajar piensa en las afectación que le puede causar a sus seres queridos.
Yuranis Julieth Blanco Escalante, de 31 años, es enfermera jefe en la Clínica Medical Duarte; allí, es la coordinadora del área de Urgencias, “la primera línea”, como dice ella, de atención de casos sospechosos de coronavirus.
Cuenta con el apoyo de 23 enfermeras y enfermeros y jefes, entre 75 y 78 enfermeros auxiliares y 43 médicos, en las distintas jornadas laborales. Desde que empezó la crisis sanitaria por la pandemia, en Urgencias y demás servicios de la Medical Duarte se ha venido desarrollando un proceso de mejora continua, debido a los protocolos de bioseguridad que ordenó el Ministerio de Salud.
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“Hemos apoyado a los enfermeros, a los auxiliares y al personal médico para que se vayan empapando de este tema, porque es nuevo para todos. Ha sido difícil, porque hay que mirar la parte psicosocial del trabajador, el ambiente y sus familias. El estar 12 horas en el servicio protegidos con todo estos elementos, a nivel emocional, los afecta bastante”.
Blanco informó que en el marco de la emergencia establecieron un triage respiratorio, a donde llegan todos los pacientes con problemas de salud de esta índole, es decir, se hace una clasificación ante de ingresar a la persona al servicio, con el fin de no poner en riesgo a los demás usuarios que buscan atención por otras patologías.
“Desde un principio de la pandemia, cuando se conoció el primer caso de COVID-19 a inicios de marzo, la clínica fue duro, duro, duro con toda la parte de calidad, en el control de infecciones y se armó un comité de COVID-19 para evaluar cómo íbamos a enfrentar esta pandemia. Fuimos adaptándonos a las nuevas medidas de protección personal y protocolos”.
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Positivo para coronavirus
Sin embargo, en los siguientes días, al tiempo que se reforzaron las acciones de bioseguridad, a Yuranis Julieth Blanco le sucedió lo que era posible que pasara, pese a no estar en contacto permanente con los pacientes: resultar infectada del virus.
“Lamentablemente, por estar en el servicio y por las rondas de seguridad que se hacen, me contagié. Fueron 26 días después de haber llegado el primer caso a Cúcuta y fue por un paciente que llegó a el servicio”, afirmó la coordinadora de Urgencias de la Medical Duarte.
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Un día, en su casa en Los Patios, amaneció con un fuerte dolor de cabeza y malestar general, síntomas que la confinaron en su habitación mientras la clínica le prestaba toda la atención necesaria para confirmar su situación.
La enfermera resaltó que fueron ocho días en espera del reporte, lo que le pareció una eternidad. El viernes, 3 de abril, recibió una llamada del Instituto Departamental de Salud (IDS) que le confirmó el resultado positivo para coronavirus.
“Yo no lo creía, fue como un baldado de agua fría. Me preguntaban, quienes me llamaban, qué sentía. Fue una noticia bastante fuerte, lloré, grité, salté, corría por todos lados. La funcionaria del instituto me hacía preguntas y no sé qué respondí”, recordó.
Lo primera persona en la que pensó fue en su mamá, de 55 años y quien sufre de epilepsia, a quien había visitado dos días atrás. “Me acuerdo de eso y me dan ganas de llorar, en ese momento el corazón se me quería salir”.
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Tanto a su madre como a su esposo, su principal apoyo durante los 23 días de aislamiento, le practicaron pruebas de COVID-19 y resultaron negativos. Reconoció que afortunadamente, por su edad, no tuvo dificultad respiratoria, no debió ser hospitalizada y, mucho menos, estar en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
“Mi esposo fue quien me acompañó en la casa, él se encargó de pasarme la comida y de darme mucha fortaleza. Mi suegra, quien vive con nosotros, debió irse a otra casa. Gracias a Dios me recuperé y estoy sana. Mis compañeros y jefes también estuvieron muy pendientes”.
El jueves, 16 de abril, el resultado de la prueba dio negativo para Yuranis Blanco, era la mejor noticia que había recibido en mucho tiempo, estaba sana y volvió a llorar, esta vez de alegría.
Tras la aprobación de su lugar de trabajo para su regreso, la enfermera se reintegró a sus labores y fue recibida en el centro médico entre aplausos por sus colegas. Aseguró, además, que nunca sintió rechazo.
“Estamos preparados”
Yuranis Blanco sostuvo que esta dura experiencia le enseñó a ver lo valioso que ella es para los demás, principalmente para su familia. Subrayó que la situación la unió más con sus seres queridos.
Aseguró que siente miedo de que los contagios se multipliquen rápidamente, al punto de que pueda colapsar el sistema de salud y “que esto vaya a ser una locura”. “Nosotros estamos preparados y dispuestos para la atención de esos pacientes, si llega uno o llegan mil”.
Para la coordinadora, su pasión y vocación son los motivos que la empujan a estar al frente de un servicio tan complejo y riesgoso en estos tiempos de pandemia.
Ama lo que hace y el trabajo que ha ejercido en la Clínica Medical Duarte, la cual ha sido su segunda casa desde hace casi 5 años, pues a las pocas semanas de inaugurada comenzó a trabajar allí.
