En las épocas difíciles se conoce la esencia de las personas y esto es lo que justamente está logrando la emergencia de salud que se vive por cuenta del SARS-CoV2 (nombre técnico del virus) o COVID-19.
Aunque se piensa primero en proteger la propia vida y a los suyos ante esta pandemia, son muchas las acciones que se han gestado en diferentes partes del mundo, para ayudar a mitigar los efectos sociales y económicos que se han generado debido al aislamiento social decretado por las autoridades, para reducir la velocidad de propagación del coronavirus.
Una de las iniciativas que ha tomado fuerza es la del gremio de taxistas de Cúcuta, el cual, ante la situación que vive el personal de la salud por este virus, tomó la decisión de ofrecer el transporte gratis a médicos, enfermeras, enfermeros y de más trabajadores del sector.
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La idea que fue promovida por Juan Carlos Bastos, presidente del Sindicato de Taxistas de Norte de Santander, y Olga Benítez, de la Asociación Juntos Podemos. Estos dos cucuteños, conductores y líderes del gremio, decidieron unir sus fuerzas y convocar a sus compañeros para ayudar a solucionar la dificultad que existe para movilizarse, debido a los pocos conductores que están prestando el servicio.
(Olga Benítez es otra de las voceras del gremio de taxista, tiene 57 años y lleva 27 en el oficio. Juan Carlos Bastos lleva 14 años como taxista, es el presidente del gremio.)
Además, Bastos indicó que después de ver que en diferentes puntos del territorio nacional se estaba generando comportamientos discriminatorios con el personal de la salud, decidió hablar con Benítez y emprender “una campaña a nivel gremial” que les permita de alguna manera “premiar la labor de los médicos”.
Aunque en Cúcuta aún no se reporta una gran cifra de infectados por la COVID-19, las entidades de salud llevan semanas en preparativos y acondicionamientos de áreas para atender la emergencia. Situación que ha llevado a los galenos a extender sus jornadas laborales, lo que entendieron muy bien estos dos líderes de la ‘mancha amarilla’, como se les conoce popularmente.
Decidieron pensar la manera más efectiva de ayudar y se les ocurrió que mediante sus servicios gratuitos podrían ayudar a quienes en algún momento estarían dispuestos a poner todos sus conocimientos para salvarles la vida.
Juan Carlos Bastos resaltó que de esta forma nació un grupo de WhatsApp denominado ‘Transportadores de los héroes de la salud’ y por medio de este se empezó a convocar a los conductores de diferentes empresas para que se sumaran.
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Congregar un número considerable de taxistas fue sencillo. Sin embargo, el despacho de las ‘carreras’ de un punto a otro ha sido una tarea que demanda casi que de tiempo completo. Por esta razón, Olga Benítez se encarga del despacho de los móviles mediante una logística establecida previamente con los galenos.
Ella, quien ha estado prestado sus servicios de taxista por más de dos décadas para los médicos del Hospital Erasmo Meoz y la antigua Clínica Yanguas (ahora nueva sede de la Clínica Santa Ana), es quién coordina los desplazamientos hacia los diferentes centros de salud.
Según Benítez, ellos ya conocen en gran medida cómo funcionan los turnos de los médicos en Cúcuta. No obstante, estos deben hacer la solicitud al número establecido con dos o tres horas de anticipación, tiempo que le permite a ella ubicar un móvil con disponibilidad para atender. Acto seguido, regresan una llamada en donde toman los datos de la persona que esperará el servicio y entregan la información del taxi que cumplirá con esta labor.
Como recomendación, se le pide al personal de la salud que se organice en grupos de tres o cuatro personas hacia un mismo destino, esto es para que se pueda optimizar el recurso y así poder ofrecer muchas más ayudas de desplazamiento durante el día y las horas pico, pues, afirmó Bastos que “al día se hacen entre 100 y 110 carreras” solo para el personal médico favorecido con esta campaña.
Si bien, la pandemia ha afectado la situación económica de todos, en especial del gremio de los conductores, los líderes de los taxistas coinciden en que esta “obra social” los hace sentirse bien que “son ayudas que Dios las compensará”.
(Más de un centenar de taxistas se ha unido a la campaña de trasladar sin costo alguno al personal de la salud.)
Los taxistas que se vinculan tampoco ponen ningún obstáculo para llegar a cualquier punto de la ciudad, pues, como indica Olga, los recorridos están llegando incluso a lugares como El Zulia y a Montebello, en el vecino municipio Los Patios.
Aunque su labor es heroica y fundamental en estos momentos, los miedos inherentes a las consecuencias de la enfermedad no se alejan de sus mentes y ellos se aferran a su creencia en Dios para que este virus no llegue a sus vidas.
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Juan Carlos Bastos cuenta que ya tuvo que hacerse la prueba para COVID-19, pues tuvo una gripa muy fuerte, y por el alto riesgo de su labor, tuvieron que descartar que se tratara del virus.
Por esta razón, estuvo aislado a la espera de los resultados durante los 15 días que disponen las autoridades de salud. Afortunadamente, para él y su núcleo familiar, el resultado fue negativo y pudieron retomar una vida dentro de la normalidad que la pandemia lo permite.
Y aunque muchos no hubieran vuelto a poner un pie fuera de su vivienda, Bastos consideró que lo mejor era volver a salir y beneficiar al gremio de la salud con sus servicios. Claro está, lo hace bajo los estrictos protocolos de seguridad que, como él cuenta, la Policía Nacional ha impartido para los taxistas y buseteros, como el uso del tapabocas, el lavado de manos y la limpieza y desinfección de los vehículos.
Asimismo, en su hogar, sus dos hijas y su esposa, siempre tienen el tiempo necesario para hacerle las recomendaciones sobre los elementos de seguridad. Al volver de su día de trabajo, dedican el tiempo necesario para compartir en familia, hablar sobre lo vivido y reflexionar sobre lo que se vive en las calles, pues como dice Juan Carlos “ellos son el espejo de su familia”, refiriéndose a las experiencias que viven por cuenta de su oficio.
Por su parte, Olga Benítez, quien vive con sus dos hijos y dos nietos, cuenta que frente al temor por la pandemia se encuentra el apoyo y el respaldo de sus familiares. Aunque reconoce que se expone todos los días al salir de su hogar, es más grande el amor al gremio, a su trabajo y la labor solidaria que están haciendo en este momento.
Además, piensa en su hermano que también es médico, y con esto es como si ofreciera un tributo a la labor que él desarrolla. Así que se encomienda al creador y se repite que “Dios es quien tiene la última palabra y en manos de Él está el mundo entero”.
Estos líderes gremiales concuerdan en dos puntos: que esta pandemia debe ser tomada como un momento para fortalecer los vínculos familiares, para solucionar los conflictos que existan allí y también para ser más solidarios con el vecino, el compañero de trabajo “ser más humanos”.
Además, es el escenario perfecto “para mostrarle a los cucuteños que los taxistas buenos en Cúcuta son más” y que en los momentos de crisis son ellos quienes están allí para ayudar.
En el área metropolitana de Cúcuta hay un registro de 8.845 profesionales del volante que manejan taxi y, en medio de la crisis, el gremio demuestra que también es un héroe en la lucha contra la pandemia de COVID-19.
“Una carrerita se hace de corazón, que se unan quienes más puedan, porque así podemos prestar más servicios, esta es una bonita labor, se siente muy bien”, recalcó Benítez. Mientras que Juan Carlos Bastos pidió a la ciudadanía no apoyar la piratería, “porque en estos momentos de crisis, donde más nos necesitan, estamos nosotros”.