En sus casas, guardando la cuarentena nacional decretada por el Gobierno para frenar la propagación del coronavirus, también están los instructores y estudiantes del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), quienes mantienen sus actividades de manera virtual.
En medio de esta situación, y como un aporte en la lucha contra ese enemigo invisible llamado COVID-19, Olman Gerardo Suárez, coordinador académico del Centro de Industria la Empresa y los Servicios (CIES) del Sena Norte de Santander, el subdirector Eduardo Rivera y el instructor Javier Arenales tomaron la iniciativa de recaudar dinero para comprar insumos y confeccionar Elementos de Protección Personal (EPP) para el sector de la salud.
Fue así como las instructoras Érika Alexandra Peñaranda y Yolvy Zulay Rincón, de Diseño de Modas y Confección, junto con dos aprendices, pusieron su voluntad y ganas de apoyar esta noble causa y desde sus hogares se encargaron de la fabricación de kits quirúrgicos para ser donados al Hospital Universitario Erasmo Meoz (Huem) de Cúcuta.
Ambas educadoras hacen parte del semillero de investigación Seindemoda, donde vienen desarrollando un proyecto investigativo sobre vestuario funcional multipropósito aplicando nanotecnología SGPS 5727.
“Nuestro equipo de trabajo decide que del proyecto macro nazca un proyecto hijo denominado ‘Vestuario en material quirúrgico como plan de apoyo contra la COVID-19’. Como características innovadoras se encuentran las propiedades antibacteriales, suavizantes e impermeabilización de las prendas sin alertar la base textil”, detalló Yolvy Rincón.
Mientras que Érika Peñaranda precisó que cada kit está compuesto por una bata, una polaina y un tapabocas, el cual está fabricado con producto nanotecnológico, una tela antifluidos, para garantizar la protección del personal que lo use.
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“Somos diseñadoras de modas y tenemos 12 años de ser instructoras del Sena con mucha vocación. Este proyecto nació desde el año pasado con una propuesta que se envió a Colciencias de aplicar un producto nanotecnológico a prendas de vestir”, resaltó.
Peñaranda agregó que, debido a la crisis generada por el coronavirus, decidieron que esa tecnología se implementara en las prendas que usa el personal de la salud, “aportándoles un grado más de seguridad”.
La instructoras afirmaron que esta iniciativa es un gesto de “solidaridad humana de corazón” con médicos y enfermeras. Aunque inicialmente elaboraron 100 kit, su propósito es conseguir más apoyo y seguir confeccionado y regalando estas vestimentas.
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“Nuestras vidas van a cambiar 180 grados”
Érika Peñaranda convive en casa con tres adultos mayores, por eso su preocupación es aún mayor y trata de cumplir religiosamente las recomendaciones sanitarias y es estricta en con el aislamiento social obligatorio, por ello decidió ofrecer la entrevista a La Opinión a través del celular.
“Debemos ser conscientes que en cada uno de nosotros está la forma de salir adelante, el autocuidado aporta un grano de arena para que el virus no se siga extendiendo. Cuando a uno la vida lo mueve, como ahorita, uno saca lo mejor de sí y surgen nuevas estrategias de enseñanza, de llegar a los clientes y de ser solidarios. Hay que aprovechar la parte positiva de la crisis. Después de esto nuestras vidas van a cambiar 180 grados”, manifestó Peñaranda.
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Rincón, madre cabeza de familia, dijo que aprendió el amor y la dedicación por la profesión que ejerce de su mamá, a quien le agradece cada día. “Vivo con mi madre, mi hermano y mi tío, con quienes comparto mi esencia de vida, lo más valioso lo que tienes, sino lo que tienes”.
Estas heroínas anónimas que surgieron en la pandemia se abrazan en la oración y en la fe a Dios, para mantener la esperanza de que esta crisis que vive la humanidad termine pronto.