No es cucuteño, pero dice sentirse como un hijo más de la tierra motilona. Lleva 15 años en la ciudad, a donde llegó en busca de oportunidades para crecer. Tras dejar su natal San Cristóbal, en el fronterizo estado Táchira, Venezuela, se formó como médico en la Universidad de Pamplona, en donde se graduó hace cinco años.
La jovialidad caracteriza al galeno Marco Camacho, a quien la pandemia de COVID-19 lo empujó a instalar su consultorio en la red o a llevarlo, cuando es necesario, en su bicicleta, el vehículo que usa para transportarse al momento de visitar a sus pacientes. En una caja carga todo lo que requiere para valorarlos.
Camacho, junto a otros colegas, hace parte de un emprendimiento de Norte de Santander basado en la telemedicina llamado Tudoc.co, plataforma mediante la cual brindan orientación médica y pautan citas en los hogares.
“Esta idea nace con el fin de ayudar a las personas a combatir su ansiedad, que tengan un poco más de calma y a orientarlos sobre su estado de salud, darles a conocer lo que es el coronavirus, porque existe mucha información que no es cierta que los lleva a tomar decisiones incorrectas y entrar en pánico”, expresó.
De acuerdo con el médico, durante la pandemia, la teleasistencia ha aumentado 60% y la situación ha generado más conciencia en los ciudadanos, quienes prefieren evitar ir a un centro médico con el fin de no estar expuestos a la enfermedad. Por medio de la red, la mayoría de pacientes consulta por diarreas, dolores, cefalea y ansiedad.
Él divide sus tiempo entre Tudoc.co y en una clínica de Cúcuta, en donde también trabaja. Resaltó que junto a sus compañeros hacen parte de un programa del Gobierno Nacional que brinda asesoría sobre la COVID-19, a través de un test en línea, a quienes sospechan tener el virus.
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“En la plataforma, la decisión de recibir la consulta domiciliaria la toma el paciente. Nosotros creemos que el servicio de teleasistencia médica es la reunión de dos expertos: el médico y el paciente, quien sabe cuál es su estado de salud”, añadió.
Para Marco Camacho, el trasladarse en ‘bici’ para cumplir con sus consultas es una manera también de ayudar al planeta, de “garantizarle algo de salud” a la Tierra. En ella visita la zona céntrica de Cúcuta, la ciudadela La Libertad, Colsag y La Riviera. Sus colegas cubren la ciudadela Juan Atalaya, Los Patios y Villa del Rosario.
Sus servicios además traspasan fronteras, han tenido la oportunidad de brindar asistencia online a personas en España, Francia, islas del Caribe y Estados Unidos.
Este profesional de la salud también convive con el miedo a contagiarse de coronavirus, cada vez que sale a la calle a cumplir con sus consultas a cuando está en la clínica. Y lo mismo le ocurre a sus compañeros.
“Tratamos de sonreír, de pensar que esto no vas a tocar, pues nos tocó lo más difícil: estar en la primera línea de batalla, como dicen los medios de comunicación. Afortunadamente, muchas de las instituciones están tomando conciencia y proveyendo a su personal de elementos de protección… ustedes están ansiosos en casa, nosotros también cargamos esa ansiedad todo el tiempo”.
Mudarse para no poder en riesgo a los suyos
Para Marco Camacho, la motivación que lo empuja cada día a salir en su bicicleta para asistir a sus pacientes y a cumplir sus funciones en la clínica es el contribuir en el apoderamiento de su salud a las personas y a combatir la ignorancia en ciertos temas.
Señaló que entre los tópicos de conversación con sus colegas está el comportamiento discriminatorio de algunas personas solo por el hecho de ser trabajadores de la salud, al considerarlos que pueden portar la COVID-19 e infectarlas.
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“Hablábamos el otro día sobre ese estigma y la situación que vivió una compañera, quien cuando llegó a un condominio, una vecina salió con un atomizador a rociar todo, casi que la atomizaba a ella, y tiró las puertas. Entonces esto da cosa, porque es el vecino con el que has compartido todo el tiempo y ahora te tiene a la distancia”.
El médico igualmente resaltó que antes de llegar la pandemia a Colombia, con otro colega decidieron arrendar juntos un inmueble y mudarse de casa para no poner en riesgo a sus seres queridos, en su caso, a su mamá.
Está muy agradecido con la tecnología, porque gracias a ella mantiene un contacto permanente con su madre por medio de videollamadas, y le ha permitido enviarle el mercado que necesita para que se mantenga en el hogar, en aislamiento social obligatorio.
“Todas las mañanas siempre me envía un mensaje al Whatsapp, diciéndome que me cuide y que le está orando a Dios para que me guarde. Me dice que piense primero en el cuidado mío, pues soy hijo único y soy el apoyo de ella”.
“Todos tenemos que reinventarnos”
Según Marco Camacho, nadie estaba preparado para enfrentar esta pandemia y ahora “todos tenemos que reinventarnos”.
“En mi caso, me estoy reinventado con esta forma de atención médica. Lo que sí es claro es que después de que todo esto termine, el mundo no va a ser igual. Todo va a cambiar, y los modelos de vida no van a ser los mismos”.
Camacho conccluyó que la gente tiene que preguntarse “¿cómo vamos a comportarnos de aquí en adelante? y ¿cómo vamos a ser mejores seres humanos con el planeta, con la ociedad, con el entorno?”.
