El uso desmedido de plásticos en el mundo y la pobre cultura de reciclaje, está ocasionando un impacto negativo en los bosques de la Tierra. A más demanda más producción y con ello se está llenando el planeta de un material altamente contaminante.

A diario las personas consumen productos cuyos empaques son plásticos (ver gráfico) y antes de reciclarlos son tirados en calles y avenidas, para luego terminar enterrados en rellenos sanitarios o por efecto del viento, caen en fuentes hídricas alterando el equilibrio biológico de los ecosistemas.

Unido a lo anterior y de acuerdo con un informe de la universidad de Newcastle, de Australia, el cual fue publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), una persona estaría ingiriendo a la semana cinco gramos de plástico, presente en el agua, en alimentos y en el aire.

De acuerdo con el documento esa cantidad equivale a los microplásticos de una tarjeta de crédito. Si bien los efectos que la ingesta ocasiona en la salud humana no se han documentado al ciento por ciento, el material contiene químicos y aditivos que pueden ocasionar quebrantos.

Norte de Santander no es ajeno a esta problemática mundial y basta con recorrer las calles, avenidas o caminar unos cuantos metros por las riberas del río Pamplonita, para apreciar el plástico acumulado.

¡Pero!, qué se está haciendo en la región para evitar que el plástico contamine y cuál es la disposición que del material se está haciendo. La respuesta, implica conocer tres iniciativas que si bien no son las únicas, se destacan por tener un componente de innovación ambiental.

El gerente de Aguas Kpital, Hugo Vergel, enseña cómo funciona el software que crearon para acopiar el plástico que se genera al interior de la empresa de acueducto. Foto: Alfredo Estévez.

Software mide el consumo

La tecnología puesta al servicio del ambiente es una iniciativa que está liderando la empresa de acueducto Aguas Kpital. De acuerdo con el gerente, Hugo Vergel, se creó una estrategia para que los trabajadores adopten una cultura de reciclaje y depositen en canecas todo el plástico que consumen tanto en la entidad como en sus casas.

Al interior de Aguas Kpital funciona la Merktienda La Confianza, donde el personal puede adquirir 1.000 productos de la canasta familiar. Tras poner una huella y pasar el código de barras, se registra el costo del producto y los gramos de plástico del empaque.

Tras ser consumidos los empaques deben regresar a la empresa y por medio de un software que lleva el historial plástico de cada trabajador, se hace la devolución del material, el cual luego de acopiarse, se dona a emprendimientos que lo convierten en madera, dándole así un segundo uso.

En Chitagá se acopia el plástico, se clasifica, depura y tritura, se funde y se inyecta en moldes para hacer madera plástica. Foto: Cortesía.

Madera plástica

En 2018, Wilmer Mogollón Vargas, fue uno de los ganadores del concurso Piensa Verde de Aguas Kpital. Su emprendimiento consiste en acopiar plásticos en la Provincia de Pamplona para luego ser transformados en madera, aportando a la conservación de especies de flora nativa que era talada.

La empresa de Mogollón lleva por nombre Avviare Materiales S.A.S. Semanalmente, solo en Pamplona, reúnen 2.000 kilos de plástico que es trasladado a Chitagá, donde funciona la planta que lo convierte en madera luego de un proceso de clasificación, limpieza, triturado y fundido.

Cercas con postes plásticos se están usando en la Provincia de Pamplona. Con la estrategia se evita que los campesinos talen árboles nativos. Foto: Cortesía.

El plástico cuando alcanza una temperatura de 300 grados centígrados es inyectado en moldes y acto seguido pasa a tinas de enfriamiento.

Los beneficios del emprendimiento son varios. Los campesinos para cercar potreros están usando madera plástica y además, en cultivos de duraznos las ramas cargadas de fruta son sostenidas por bases de este material.

A la par de la cultura de no tala de árboles, la madera plástica aporta más durabilidad. Otro beneficio es la adecuada disposición de estas resinas y como política de la empresa, por cada 10 productos que venden plantan un árbol nativo en cercanías de fuentes de agua.

No al plástico en barrios

Hace 12 años con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo se creó la Asociación de Recicladores Emprendedores de Norte de Santander (Arenorte). Liderados por Antonio José Osorio Rojas y con varias bodegas en El Salado - Trigal del Norte, acopian residuos sólidos considerados basura, entre ellos el plástico, convirtiéndolo en materia prima para estibas que pueden soportar hasta cuatro toneladas y son usadas por industrias como la de cerámicas.

Arenorte también produce madera plástica certificada y la misma es usada para adecuar espacios comunales en veredas y barrios de Cúcuta.​ Foto: Cortesía.

Arenorte, con 23 socios y reuniendo dos toneladas de plástico al mes, comprado a recicladores formales de Cúcuta, lo clasifica. El PET, es vendido en Medellín; el soplado -como los recipientes de cloro- se funde para hacer madera plástica certificada; las bolsas, se comercializan en empresas de la ciudad que las convierten nuevamente en bolsas y los materiales duros como sillas y partes de computadores, van al interior del país.

Arenorte, como política social, sensibiliza en barrios y veredas sobre la importancia de reciclar y además, habilita cabañas ambientales con madera plástica para el uso de los vecinos.