La ola de pánico desatada en el mundo por la rapidez con la que se está expandiendo el coronavirus o COVID-19, no es ajena a países de América Latina, más aún cuando el primer caso es positivo en Brasil, país fronterizo con Colombia y Venezuela.

Al margen de una eventual aparición de casos en estos dos países sudamericanos, un grupo de médicos reunidos por la Universidad Nacional de Colombia, debaten sobre el COVID-19 y argumentan que pese al temor mundial que poco a poco se apodera de la ciudadanía local, no se está frente a una enfermedad apocalíptica.

El profesor Fernando de la Hoz, director del Departamento de Salud Pública de la Universidad Nacional, explica que el COVID-19 produce en los pacientes que lo portan una sintomatología respiratoria muy similar a la que se presenta en el caso de otros virus respiratorios, como la influenza, con un mayor riesgo de producir enfermedad severa en personas mayores de 60 años, que además padecen de otras patologías, como por ejemplo problemas cardíacos y pulmonares.

Él, explica que el virus que viene de animales adquirió la capacidad de infectar a los humanos y además, de transmitirse entre ellos.

“La enfermedad que el virus produce en general es de leve a moderada. La mayoría de las transmisiones se están dando en China y en el Hemisferio Norte, donde se está en época de invierno, que es el caso de Italia. Estos climas fríos favorecen la propagación de virus respiratorios”, argumenta el médico Fernando de la Hoz.

En zonas de clima tropical, de acuerdo con el galeno, no se sabe que va a pasar y en caso de llegar a Colombia no toda la población se va a infectar.

“Cualquier aproximación que uno haga puede estar sujeta a cambios en el futuro, porque la epidemia es dinámica. Sin embargo, existen algunas cosas bien establecidas, como por ejemplo el hecho de que aparentemente este no es, como a veces escriben en los periódicos, un virus mortal”, manifestó el profesional de la medicina.

A la par de estos planteamientos también están los de los profesores Jorge Cortés, médico e infectólogo; Manuel Vargas, virólogo de la Universidad Católica de Lovaina y el mexicano Víctor Cárdenas, profesor visitante del Departamento de Salud Pública de la Universidad Nacional.

De acuerdo con Vargas el éxito que ha tenido el COVID-19 para propagarse radica en que tiene una alta tasa de transmisibilidad entre humanos, a diferencia de otros coronavirus como el MERS, que no se transmitía con facilidad, por lo que el número de casos era limitado, aunque tenía una mortalidad más alta.

Él, además, comenta que esta enfermedad se ha diseminado con tanta rapidez debido a que, por tratarse de un virus nuevo, las personas no cuentan con ningún tipo de protección y los casos presentados generan un impacto en los sistemas de salud de los países en donde se han diagnosticado, porque se trata de una enfermedad que requiere de un periodo amplio de recuperación.

Ahora bien, según el doctor Cárdenas, no hay que temerle al coronavirus porque, según la evidencia reciente, no se trata de un virus mortal como puede ser el ébola o el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), una enfermedad que si se deja de tratar sí puede ser letal y que se consiguió aislar solo hasta 1981, mucho tiempo después de que se iniciara en África en los años sesenta.

Miedo a lo desconocido

El médico Cortés hace referencia a cómo lo desconocido de un nuevo virus es lo que despierta pánico entre la población. “La aparición de un nuevo microorganismo en el mundo genera un número de pacientes con ciertas características que es lo que causa la alarma y la discusión. Hace 40 años, cuando se descubrió el sida, los pacientes eran nuevos para la sociedad médica; algo similar ocurrió hace 10 años con la aparición de la influenza H1N1”.

Para él es posible que el problema no es lo que pueda producir el microorganismo, sino el temor a lo desconocido, no se sabe cuál va a ser la magnitud de esto, lo que va a suceder y eso genera ansiedad y temor; solo el tiempo y los estudios traen la calma ante estas situaciones, tanto así que hoy el sida es considerado como una enfermedad crónica tratable, como la hipertensión o la influenza”, asegura el especialista.

Como parte del protocolo de protección los médicos recomiendan tomar medidas sencillas de prevención, tal como si se tratara de una gripa.

Una de las recomendaciones es lavarse frecuentemente las manos y si tiene síntomas de gripa o hay personas alrededor con la patología, usar tapabocas.

Si bien el tapabocas no protege al ciento por ciento, reduce el riesgo. También es importante no pasarse con frecuencia las manos por los ojos, la nariz o la boca.

El llamado es a mantener la calma, a no replicar contenidos falsos que circulan en redes sociales, a verificar la información en medios creíbles y a tomar medidas de precaución tanto para usted como para su entorno familiar.