Las visitas a las familias que están dentro del programa de erradicación voluntaria de coca se hacen constante y consecutivamente, hasta tanto este grupo no concluya su proceso de erradicación por completo. 

Así lo explicaron los representantes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), que dieron a conocer los criterios que rigen el proceso.

Se explicó que el número de visitas mínimas son tres: la primera, para hacer el registro de la familia y determinar cuántas hectáreas tiene que erradicar, así como para firmar su participación dentro del programa. La segunda visita, permite supervisar cuántas hectáreas han sido erradicadas, y la tercera, se hace para corroborar que ya no haya ninguna planta de coca y se pueda entregar la certificación.

Sin embargo, si la familia participante en el programa en la tercera visita aún no ha concluido todo el arrase de la coca, entonces los funcionarios de la Unodc harán las visitas que sean necesarias hasta que terminen con toda las hectáreas comprometidas.

En estos informes se informa de los volúmenes erradicados, y el porcentaje de coca que redujo la familia, en relación con lo pendiente por erradicar.

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Según el cronograma de trabajo, los funcionarios de la Oficina que encuentren las viviendas de las familias dentro del programa, sin los responsables de las mismas, deberán describir en el informe que no se logró hacer la verificación.

Así mismo, se aseguró que la mayoría de estas familias en la tercera visita ya han cumplido con el proceso de erradicación.

La Unodc proporciona a estos grupos un proyecto productivo legal, en sustitución de cultivos. 

Para junio de este año, entre Tibú y Sardinata van 1.150 hectáreas de coca reportadas por las familias vinculadas a este programa.