Las estrategias de quienes se dedican al negocio del narcotráfico en Norte de Santander, para la producción y transporte de la droga, van desde utilizar caletas, hasta extender sus laboratorios a zonas donde históricamente han predominado la tranquilidad, el turismo y los bajos niveles de violencia.

La compañía Antinarcóticos de la Región 5 de Policía ha detectado nuevas zonas de producción de cocaína, lejos del Catatumbo, donde se creía que la pasta base de coca sufría su última conversión antes de ser exportada a los mercados internacionales.

En municipios como Durania, Chinácota y Cúcuta se han hallado laboratorios de clorhidrato de cocaína, utilizando la base de coca que llega proveniente de la zona del Catatumbo.

“Para los narcotraficantes es más rentable, pues ya no tienen que pagarle a mucha gente por ponerles la coca aquí en la frontera; antes, en el Catatumbo, tenían que pagar un valor muy alto por el gramaje de la cocaína al Eln, el Epl y las Farc”, dijo el coronel John Chavarro, comandante de la compañía Antinarcóticos.

En estos momentos en la región las autoridades consideran que el negocio del narcotráfico ha llegado a tal punto de sofisticación, que de hecho se ofrecen portafolios de servicios, en los que se pueden contratar, por partes, quiénes se encargan de sembrar la hoja, de rasparla, de producir la pasta base, de transportarla y, finalmente, de obtener la cocaína pura tipo exportación.

Según el coronel Chavarro, los tiempos en los que cada grupo armado ilegal tenía toda la línea de producción de la cocaína, se acabaron.

“Actualmente, los grupos armados ilegales como Los Pelusos, Clan del Golfo, Los Rastrojos y la guerrilla del Eln, hacen alianzas entre sí o con narcotraficantes para manejar la producción de droga en Norte de Santander”, enfatizó el oficial.

La compañía Antinarcóticos informó que el año pasado fueron destruidos cinco laboratorios de clorhidrato de cocaína en la vereda La Chuzpa de Durania; la vereda Palmarito de Chinácota, y en Ayacucho, zona rural de Cúcuta.

Además, en Cerro González (El Zulia) y la vereda Buenos Aires (Cúcuta), fueron destruidos dos laboratorios de base de coca.

“En estas estructuras los narcos logran convertir la pasta base en clorhidrato de cocaína, en apenas tres días”, señaló el coronel Chavarro. “Hasta una tonelada de coca a la semana se puede producir en estas estructuras ilegales”, agregó.

El oficial hizo énfasis en que en la región, en estos momentos, se produce clorhidrato de cocaína con al menos un 95 por ciento de pureza, lo que lo ubica entre los mejores a nivel nacional.

Y es que en esta zona del departamento, según el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de la ONU, para el 2015 habían 11.437 hectáreas de coca, siendo Tibú (4.379 hectáreas) y El Tarra (2.074 hectáreas) los municipios que más concentran este tipo de cultivos.

Solo entre el 2014 (6.898 hectáreas) y el 2015, el número de hectáreas cultivadas con coca en Norte de Santander aumentó un 66 por ciento. En algunos municipios del Catatumbo, el incremento fue alarmante. Además de los casos referidos de Tibú y El Tarra, llaman la atención Teorama, donde el aumento en los cultivos de coca fue del 160 por ciento, pasando de 680 a 1.770 hectáreas, y San Calixto, donde se pasó de 181 hectáreas a 736 (un incremento del 306 por ciento). Convención, El Carmen y Hacarí, también presentaron aumentos considerables en el número de hectáreas sembradas con coca en sus territorios.

El coronel Chavarro aseguró que las autoridades adelantan procesos de intervención en estos lugares para contrarrestar el accionar de los narcotraficantes.

Cultivos vienen aumentando desde 2013

El crecimiento de las hectáreas con coca en el departamento se empezó a dar desde el 2013, cuando el Gobierno, presionado por el paro del Catatumbo, decidió suspender los programas de aspersión y erradicación manual en la zona.

Además, la idea que tienen las comunidades de que solo podrán hacer parte de los beneficios que un eventual posacuerdo traería para la región, si tienen coca sembrada, ha hecho que muchas de las familias que derivan su sustento de esta mata hayan decidido ampliar sus cultivos.

También y no menos importante, el aumento estaría motivado por una fuerte presencia de grupos armados que, bajo presión, estarían obligando a los campesinos del Catatumbo a retomar y expandir sus cultivos de coca.