El caracol africano vuelve a generar alarma en algunas comunidades de Norte de Santander por su reaparición. Y es que con las lluvias que se registran desde Semana Santa es normal que este invasor vuelva a hacer presencia. No se trata de una máquina asesina, pero sí de un animal que daña ecosistemas y demás especies y representa un peligro para la salud humana.

Los llamados de los vecinos a los diversos organismos de control han aumentado y uno de los entes que se mantiene desplegado es la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), la cual ha recibido denuncias sobre la presencia de este molusco en Cúcuta, Sardinata, Chinácota, Bochalema, Los Patios, Villa del Rosario, Durania, Ocaña, Teorama y Convención.

En Cúcuta, en los últimos días, Corponor ha recibido notificaciones de los barrios San Rafael, Popular, Prados del Este, Los Almendros, Comuneros, Cúcuta 75, Avenida del Río, San Martín, Los Pinos, Gaitán, Carlos Ramírez París, Loma de Bolívar, Zona Industrial, La Cabrera, Simón Bolívar, Antonia Santos, Motilones, Nuevo Horizonte, Ceiba II, Nidia, La Pastora, Ciudad Jardín, Torcoroma, El Trigal, San Luis, La Libertad, Atalaya Primera Etapa, San Mateo, entre otros.

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De acuerdo con la bióloga María Paloma Villamizar, del área de Recursos Naturales del ente, la capital del departamento es el municipio con más reportes, pero invitó a la comunidad en general a guardar la calma, pues el caracol africano aprovecha las condiciones húmedas para salir y alimentarse.

Explicó que durante el período de sequía, esta especie entra en un período de estivación, que es el proceso implementado para el ahorro de energía, por lo que se entierra; con las precipitaciones se incrementan los avistamientos. 

“¿Cómo es que esta animal coloniza otros lugares? Eso pasa porque las personas suelen llevar a terrenos baldíos escombros y basura, en donde van ocultos los huevos del animal, es así como se expande”, añadió.

La bióloga resaltó que incluso han encontrado huevecillos en caños, debido a la incorrecta manipulación, algunos creen que tirando los caracoles a estos sistemas de aguas negras resuelven el problema, cuando en realidad lo agravan.

“Tenemos un equipo de profesionales bajo la estrategia Control de Especies Invasoras. Semanalmente ejecutamos una programación de inspecciones, elaborada con los reportes de las comunidades. En esas visitas hacemos la recolección de los caracoles y los huevos, capacitamos a los vecinos sobre esta especie y sobre los protocolos a implementar para su exterminio”, agregó.

María Paloma Villamizar recalcó que es importante el compromiso de la ciudadanía en el control del molusco. La falta de limpieza de zonas verdes, con maleza y basura, facilita la anidación del invasor. La bióloga sostuvo que a través de la línea de atención 5828484, extensión 446, Corponor recibe los reportes de las barriadas.

¿Qué hacer al hallar la especie?

-Evitar el contacto directo con el animal. Para ello, usar guantes de látex.
-Conseguir un recipiente que no se vaya a usar nuevamente.
-Vaciar en el contendor  los caracoles y huevos encontrados.
-Echarles sal, con el fin de deshidratarlos y llevarlos a la muerte.
-Abrir un hueco de 40 centímetros o más de profundidad y esparcir cal a su alrededor.
-Verterlos en el hoyo, echarles más cal y taparlos con tierra.

¿Cómo no aparece?

Depende de las condiciones del ambiente. Por eso, es recomendable no tener objetos inservibles en solares y jardines;  la materia orgánica en descomposición lo atrae.

Tiende a buscar basureros, especialmente con presencia de ratas. Es importante recoger los excrementos de las mascotas y animales domésticos para evitar la aparición del Achatina fulica.

También es importante tener un control de los huevos. Por eso, los agricultores deben implementar medidas de control y vigilancia en abonos y movilización de plantas y semillas, porque en ese traslado se pueden encontrar los huevos, lo que hace  que la especie se disperse.