Excesos de lluvia de corta duración, pero de alta intensidad. Así se sentirá el efecto del fenómeno climatológico La Niña en Norte de Santander. El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) pronostica para el departamento, sobre todo para enero, días de precipitaciones en las regiones del centro, occidente y sur.

Enero, febrero y marzo serán meses de precipitaciones. Para algunas regiones con mayor intensidad que para otras. En Cúcuta, según los mapas probabilísticos, para este primer mes del año las estimaciones indican que caerán entre 150 y 200 milímetros de lluvia, cuando su estadio normal es entre 50 y 90 milímetros. Esto quiere decir que caerá el doble de su promedio.

El jefe de pronóstico y alertas del Ideam, Cristian Uzcátegui, explicó que las mayores cantidades de lluvias se esperan para la parte Nor-oriental y Centro-oriental del departamento, así mismo en la parte sur, en poblados como Toledo y los municipios cercanos. 

“Podemos tener entre 200 y 300 milímetros hacia la parte sur de Norte de Santander, en la zona Centro-oriental y Nor-oriental alcanzaríamos volúmenes cercanos a los 200 milímetros. Pero si no estuviéramos influenciados por un fenómeno como La Niña, lo normal sería entre 50 y 80 milímetros hacia la zona Centro-oriental y Nor-oriental. Mientras que para la parte sur estaríamos en los 80 milímetros”, detalló. 

Este fenómeno climatológico se mantendrá en el departamento como débil y de corta duración, y sus efectos se podrían sentir hasta abril aproximadamente. 

Frente a este escenario, la Secretaría de Gestión del Riesgo Departamental levantó el año pasado un informe en el que prioriza 10 municipios de la región, que son los que tienen mayores riesgos.

El departamento ocupa el tercer lugar en deforestación en Colombia y cuenta con la zona de mayor remoción en masa del país, que le suman a Norte de Santander ingredientes en las zonas de alto riesgo. La secretaría explicó que estos problemas derivan en suelos inestables, inundaciones, deficiencia de vías y avalanchas de los ríos.

“Ante una buena cantidad de días de lluvia es importante entender que la saturación de los suelos puede dar una mayor probabilidad de deslizamientos, a pesar de no ser un espacio con históricos de lluvias”, explicó el jefe de pronóstico y alertas.

Agua potable

Contrario a lo que pudiera pensarse, si llueve habrá mayores problemas para el servicio de agua potable. La directora de proyectos, estudios y diseños de Aguas Kpital, Luz Marina Barbosa, explicó que al llover fuertemente las cuencas de los ríos arrastran todo lo que hay a su paso: palos, rocas y mayores sedimentos. Esto es un dolor de cabeza para la empresa, porque los niveles de turbidez del agua que entra a la planta se incrementan en exceso.

“Somos los mismos depredadores del medio ambiente, y cuando llueve mucho, al tener suelos desnudos se arrastra todo lo que se consigue, y eso cae al río. Por eso en el invierno llega a la estructura de captación de todo”, indicó. 

Explicó que en el departamento en 2011, bajo los efectos de La Niña, se llegó a niveles de turbiedad de hasta 73.000 unidades, y aseguró que cuando se llega a esos extremos lo más recomendable es parar la producción. 

“Tenemos un plan de contingencia cuando se presentan estas épocas. Hemos modernizado nuestro sistema logrando producir agua hasta con 8.000 unidades de turbiedad, porque generalmente las plantas se diseñan para producir hasta en 2.000 unidades. También hemos implementado unas sustancias químicas, coagulantes, que atraen los sedimentos que se unen por cohesión y forman lo que se conoce como floculadores que por el peso caen al fondo”, detalló.

El laboratorio de calidad del agua, adicionalmente, realiza unos ensayos con seis jarros, en los cuales van dosificando el coagulante para calcular cuál dosis precipita más rápido el sedimento.

En el continente

El Centro Internacional para la Investigación del fenómeno de El Niño (Ciifen) indica que para este mes existen mayores probabilidades de lluvia sobre lo normal para los llanos occidentales, el Delta del Orinoco y en el occidente del Amazonas venezolano; en el área del Caribe y en el sector oriental de los Andes en Colombia; en el sector costero y andino central y sur del Ecuador; en la región nororiental y en los Andes centrales y sur del Perú; en las regiones de La Paz, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija en Bolivia y en noroeste del Brasil.

Existe entre un 70 y un 80 por ciento de posibilidades de que las condiciones de La Niña se prolonguen hasta el primer trimestre de 2018. En el informe se indica que existe una pequeña posibilidad de que sea de una intensidad moderada.