Desde que se estrenó en la escena electoral como partido, el Centro Democrático, bajo el liderazgo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, se ha convertido en una fuerza política con un gran poder de convocatoria entre los colombianos.

Muestra de ello fue la victoria en la primera vuelta presidencial de 2014 de Óscar Iván Zuluaga, el aterrizaje, ese mismo año, en el Senado de la República como la segunda bancada más grande, el sorpresivo triunfo del ‘No’ en el plebiscito de 2016, las elecciones locales y regionales de 2015 y su consagración en las legislativas de marzo pasado como los más votados.

Esta hegemonía fue revalidada ayer, en la nueva elección presidencial, en la que el uribismo no solo logró pintar con sus colores el mayor número de departamentos del país (23), sino que su candidato, Iván Duque, se impuso con la mayor votación en la historia de las primeras vueltas presidenciales: 7’569.693 unos 169.000 más que la obtenida por Uribe en 2006.

Duque llegó a los comicios de ayer con una base de cuatro millones de votos que depositaron los colombianos a su favor en la consulta de la derecha que tuvo lugar el 11 de marzo pasado, sumado a los casi dos que obtuvieron su fórmula vicepresidencial, Marta Lucía Ramírez, y el exprocurador Alejandro Ordóñez, quienes también hacían parte de la coalición de derecha.

Aunque desde que comenzó esta nueva carrera por la Casa de Nariño, el Centro Democrático se mantuvo presente en la intención de voto, la definición de su candidato propio, en la consulta de marzo pasado, catapultó a Iván Duque, el elegido, al primer lugar y lo mantuvo allí hasta ayer.

Si bien el nombre del excongresista era poco conocido hasta antes de meterse a la carrera por la Presidencia y su protagonismo se reducía a sus intervenciones en el Senado, donde ocupó una curul entre 2014 y el año pasado, el nombre de su partido y la imagen que sigue conservando Uribe entre muchos colombianos, se constituyeron en la mejor plataforma para despegar su candidatura.

LA FRONTERA CON VENEZUELA LE COPIÓ EL MENSAJE

Salvo La Guajira que respaldó a Gustavo Petro, el candidato de la Colombia Humana con el que Duque se enfrentará en la segunda vuelta del 17 de junio, los departamentos fronterizos con Venezuela contribuyeron en la victoria del representante del uribismo.

Esto deja en evidencia que el mensaje que con intensidad se propagó desde la campaña del Centro Democrático, de que Colombia podría seguir el camino del vecino país, si se respaldaba un proyecto populista, caló entre los electores.

Así las cosas, regiones como Cesar, Norte de Santander, Arauca, Vichada, Guainía y Boyacá que limitan geográficamente con Venezuela y que han sentido en carne propia las dificultades económicas que se están viviendo en la hermana república, le dieron su voto de confianza al candidato del uribismo.

De hecho, Norte de Santander fue la región que, en porcentaje, más aportó a la victoria del aspirante, con un 61% de los votos, confirmando así el respaldo que desde 2014 le vienen entregando a ese partido.

PETRO Y FAJARDO, MUY CERCA 

Un interesante y muy reñido duelo mantuvo la expectativa ayer, durante la cerca de hora y media que demoró la transmisión de los resultados por parte de la Registraduría Nacional.

Los candidatos Gustavo Petro (Colombia Humana) y Sergio Fajardo (Coalición Colombia) protagonizaron un verdadero cabeza a cabeza por el cupo a la ronda siguiente de la competencia, pero al final fue el exalcalde de Bogotá quien logró avanzar con apenas una diferencia de 261.000 votos.

Durante los últimos meses, los dos aspirantes capitalizaron un voto de opinión que cada vez se fue haciendo más fuerte, especialmente entre los jóvenes y los universitarios, lo que terminó por derrotar a las maquinarias que, en su mayoría, venían apoyando a Germán Vargas Lleras.

Petro partió con una base de 2’800.000 votos que consiguió en la consulta de la izquierda en la que compitió con el exalcalde de Santa Marta, Carlos Caicedo, y que poco a poco fue multiplicando con el apoyo de algunos sectores políticos que los respaldaban como el Polo y los Verdes, que se le rebelaron a la llamada Coalición Colombia.

Sin embargo, al igual que Duque y Fajardo, Petro sumó un importante voto de opinión que se cimentó en sus propuestas sociales, económicas y ambientales, con las que conquistó a cientos de electores. Esto le permitió alzarse con la victoria en nueve departamentos. (Ver mapa).

El exgobernador de Antioquia, por su parte, después de haber perdido protagonismo, tras arrancar como uno de los favoritos, logró un repunte en las últimas semanas que le permitieron soñar con su paso a la segunda vuelta.

Su votación se puede decir que fue básicamente de opinión, pues además de un sector de la Alianza Verde y el Polo, el aspirante no contaba con ningún otro apoyo político.

Fajardo consiguió un logro importante ayer que lo deja muy bien posicionado y es que se quedó con la mayor votación en Bogotá, el fuerte de Gustavo Petro y a la que le apostaban fuertemente Iván Duque y Germán Vargas Lleras. También fue el triunfador en el exterior, pues ganó en 39 de los 69 países en donde hay colombianos. Duque obtuvo la victoria en 27 y Petro en 2.

LAS MAQUINARIAS NO LE CUMPLIERON A VARGAS

El gran derrotado ayer, sin duda, fue el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien después de ser el favorito para suceder a Juan Manuel Santos, terminó relegado a un cuarto lugar y con una sorpresiva votación que no superó, siquiera, la que obtuvo en 2010 (1’473.627), su primera participación en una contienda presidencial.

Aunque Vargas Lleras contaba con el apoyo de casi toda la maquinaria, pues además de su partido, Cambio Radical, logró alianzas con La U, un sector de los conservadores y algunos liberales, el trabajo de los grandes caciques políticos no se vio reflejado en las urnas.

Los cinco millones y medio de firmas que entregó a finales del año pasado para validar su aspiración presidencial, tampoco se endosaron en su elección, pues al final tan solo 1’407.840  personas lo respaldaron.

EL OCASO DEL LIBERALISMO

Esta nueva jornada electoral también confirmó la debacle del liberalismo, que empezó en la pasada elección al Congreso, en la cual cedió el privilegio de ser la bancada mayoritaria de la Cámara y su representación se redujo de manera significativa en Senado.

Las divisiones que suscitó en el interior del partido el director de la colectividad, el expresidente César Gaviria Trujillo, la cuestionada consulta de noviembre de 2017 y la falta de apoyo y unión en torno a su candidato presidencial, terminaron por pasarle factura al exjefe negociador Humberto de la Calle, uno de los aspirantes más preparados y con más experiencia de la bajara.

Los malos resultados del liberalismo también terminarán por afectarles duramente sus finanzas, pues en vista de que De la Calle tan solo obtuvo 399.180 votos, equivalentes al 2,06% de la votación total, lo más seguro de que no tenga acceso a la reposición, por no haber alcanzado el umbral del 4%.

ATINARON LAS ENCUESTAS

Como no sucedía ya hace rato, las encuestas de intención de voto pudieron respirar tranquilas anoche, con el resultado que dejó la elección presidencial, pues la fotografía que mostraron en las últimas semanas se reprodujo tal cual como lo vaticinaron.

A diferencia de los cuestionados modelos de pronóstico que auguraban una segunda vuelta entre Iván Duque y Germán Vargas Lleras, y que no se cumplieron, la votación de la primera vuelta dejó ver que, como lo decían todos los sondeos, no solo fue imposible que alguien se alzara con la victoria en la primera vuelta, sino que la ronda definitiva será entre Duque y Petro.

El tercer lugar de Fajardo y los porcentajes y ubicaciones de Vargas Lleras y Humberto de la Calle, previstos en las encuestas, también se cumplieron.