Remontadas increíbles, emoción disparada, el videoarbitraje como gran novedad y sorpresas en cadena. La Liga de Campeones europea 2018-2019, cuya final jugarán el Liverpool y el Tottenham el 1 de junio en Madrid, es ya una edición para la historia, justo en el momento en el que se estudia cómo reformar el torneo.

Muchos pronósticos han volado por los aires y los favoritos han tenido muchos problemas ante formaciones teóricamente menos fuertes, lo que ha dado un aire renovado a la competición.

En la retina de muchos siguen todavía remontadas emocionantes vividas ya desde los octavos de final, como la del Manchester United en el campo del París Saint-Germain, el triplete de Cristiano Ronaldo para que la Juventus eliminara al Atlético de Madrid en esa ronda o la epopeya del Ajax de Ámsterdam, que también en los octavos de final ganó 4-1 en el campo del Real Madrid, que había vencido 2-1 en Holanda.

Los cuartos de final, en los que el Ajax sorprendió dejando fuera a la Juventus, no cambiaron el tono, como quedó claro en el insuficiente triunfo 4-3 del Manchester City ante el Tottenham en su partido de vuelta, con un tanto de Raheem Sterling anulado en el último suspiro tras la revisión mediante el videoarbitraje y que hubiera cambiado todo.

Semifinales legendarias 

Pero han sido las semifinales las que han convertido esta Champions en la más loca de la historia.

Después del recital de Lionel Messi en el Camp Nou (3-0), el FC Barcelona vivió una derrota durísima, por 4-0 en Anfield, para ver esfumarse el billete a la final de Madrid.

Un día más tarde, fue el Ajax el que tuvo que paladear el sabor más amargo del fútbol, cuando desaprovechó una ventaja global de tres goles en la eliminatoria en apenas 45 minutos, en una segunda mitad en la que el brasileño Lucas Moura firmó un triplete mágico, con un último gol decisivo en el 90+6.

“No hay palabras, es difícil explicarlo. Hay que disfrutar de este momento. íNo sé qué decir!”, afirmó  Lucas Moura, al que su entrenador Mauricio Pochettino calificó de “superhéroe”.

“Hemos creído hasta el final. Aunque entras al campo diciéndote que no tienes que rendirte, también te dices que es imposible”, admitió el arquero del Tottenham, Hugo Lloris, sobre cómo de complicado llegó a ver la clasificación a la final.

Un día antes, el entrenador del Liverpool, Jürgen Klopp, aseguró que iba a acordarse “toda la vida” del partido.

“No sé si esto se ha hecho antes o si se repetirá”, dijo el técnico alemán.

El Barcelona se ha acostumbrado en los últimos años a participar en eliminatorias con remontadas épicas.

La protagonizó en el lado vencedor en los octavos de final en 2017, cuando ganó 6-1 al París Saint-Germain en el Camp Nou, para levantar un 4-0 adverso de la ida.

El año pasado, sin embargo, quedó eliminado en cuartos de final por la Roma, que le derrotó 3-0 en el Olímpico de la capital italiana, remontando así el 4-1 que el Barça había conseguido en la ida.

Reforma controvertida

El calendario es caprichoso y la semana pasada hubo otro punto caliente relacionado con la Liga de Campeones, Nyon (Suiza), donde la UEFA se reunió con representantes de las ligas europeas de fútbol para presentar su “proyecto” para reformar el torneo a partir de 2024.

Según el plan de la UEFA, la competición estrella del fútbol europeo pasaría a tener una fase de grupos con cuatro llaves de ocho equipos, provocando así un aumento del número de partidos (catorce jornadas en esa ronda, en vez de las seis actuales).

Desde las ligas europeas se reprocha al proyecto que tenga un sistema de ascenso-descenso que teóricamente beneficia a los grandes clubes, que convertirían el torneo en una superliga casi cerrada, lo que reduciría las posibilidades de sorpresas y cerraría puertas a los más pequeños.

Con el entusiasmo generado por esta Champions 2018-2019, ¿es necesaria realmente una reforma tan revolucionaria?

“No se ha tomado ninguna decisión. Hasta ahora sólo son ideas y opiniones”, puntualizó el miércoles el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin.