Aunque en los últimos días el flujo por los pasos fronterizos que comunican a Colombia con Venezuela por Norte de Santander ha mermado en un 70 por ciento, en la región se mantienen activos los planes de contingencia.

El domingo, día de elecciones en el vecino país, fueron pocos –en comparación con otros días– los  que se animaron a cruzar la frontera ya fuera para buscar alimentos o para viajar hacia otros países. 

Por el puente Francisco de Paula Santander, durante las primeras cinco horas del día solo pasaron 500 personas cuando normalmente pasan hasta 1.000 por hora. Por el puente Simón Bolívar, el panorama fue similar. Hasta las 10:00 de la mañana habían cruzado hacia Colombia unas 3.000 personas.

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“Si no fuera por la necesidad, no saldríamos del país, pero el Gobierno nos ha obligado a esto”, afirma César Pinto, quien viene de Caracas, mientras carga su maleta por el puente internacional Simón Bolívar. Su destino es Chile.

Y es que precisamente para contribuir con los venezolanos que continúan utilizando el departamento como plataforma para irse hacia otros países, las autoridades colombianas, tras una reunión en la que participaron: el alcalde de Cúcuta, el Gobernador, Cancillería, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, autoridades militares y de Policía; dijeron que  esta semana vendrán funcionarios del Ministerio de Transporte.

Se busca poner una terminal satélite en La Parada, para que las personas no tengan que trasladarse desde Villa del Rosario hasta Cúcuta para viajar.

César Rojas, alcalde de Cúcuta, dijo que con esto también se busca evitar que las personas sean engañadas por los tramitadores. 

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Además, el mandatario anunció que hoy estará el subdirector del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), para analizar el accionar ante la presencia de menores de edad durmiendo en andenes y parques.

El sábado en la tarde, funcionarios de Bienestar Familiar y de la Cancillería encontraron a 17 niños venezolanos durmiendo en las calles de la ciudad con sus padres. “Fueron llevados a un lugar, para que reciban atención”, dijo Rojas.

Por su parte, el gobernador William Villamizar aseguró que el traslado de los buses hasta La Parada se busca “garantizar que esas personas que les toca quedarse en los parques mientras salen sus transportes puedan tener la solución  y con ello poder avanzar especialmente para evitar que se congestione los parques y calles de la ciudad”.

Sin embargo, aunque durante los últimos días solo están ingresando menos de 10.000 personas a Cúcuta y a Villa del Rosario, y muchos de ellos en tránsito a otras regiones del país u hacía otros países, las autoridades dicen que lo hacen como manera preventiva.

El alcalde Rojas también dijo que durante los recorridos que han venido haciendo por las calles en los últimos días han encontrado que depende del día, aumenta o baja la cantidad de venezolanos.

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“El miércoles, por ejemplo, encontramos 220 venezolanos en las calles, el viernes bajó a 95 personas, el sábado esa cifra se mantuvo”, aseguró.

Así mismo dijo que más la percepción que la realidad en cuanto a la cantidad de venezolanos que permanecen en la ciudad.

“No es ese cumulo de personas que se dice por ahí... Si entran 25.000 personas por los puentes a buscar comida o a viajar hacia otros lados, son más o menos entre 150 y 200 personas las que se quedan, por eso junto con Migración y Cancillería estamos buscando una solución definitiva”, dijo Rojas.

Otra de las acciones que han sorprendido a los extranjeros es la solidaridad mostrada por los colombianos. Ayer, al menos cinco carros llegaron hasta el puente que comunica a San Antonio con Villa del Rosario repartiendo alimentos.

“No sabemos cómo vamos a estar mañana nosotros. Hay que ser solidarios”, aseguró uno de los voluntarios. Una sonrisa y unas gracias sinceras son el pago que reciben. 

Y es que ante esto, quienes trabajan ahí, en La Parada, se han dado a la tarea de controlar esas entregas, para que no la aprovechen quienes no la necesiten.

“Solo para quienes vienen de lejos y tienen hambre, no seamos aprovechados”, grita Javier Castillo, un vendedor informal del puente internacional Simón Bolívar, cuando ve que alguna ayuda llega.

Pero no solo a los puntos fronterizos llega la solidaridad, cuentan los venezolanos que permanecen en las calles, que en las noches hasta los parques donde más se concentran, llegan carros a repartir comida.

“No sabemos quiénes son, ni porque lo hacen, pero se lo agradecemos muchísimo. Ellos no se alcanzan a imaginar la necesidad que están cubriendo”, aseguró Aldo Álvarez, de 17 años, llegó de Trujillo.