Hace ocho años Lisbe Sarmiento se unió a la industria de calzado y su sueño, desde el principio, fue llegar al mercado internacional. En 2017, con un envío de 1.080 pares para dama a Costa Rica, la meta empezó a cumplirse.

“La oportunidad llegó antes de lo previsto”, contó la empresaria, que hoy trabaja por conquistar nuevos mercados: Chile y Estados Unidos, algunos de ellos. 

Con la marca Sandía, que un principio se enfocaba en la producción de calzado para niños, pero que al poco tiempo cambió para especializarse en modelos para dama, ella hace parte del grupo de empresarios nortesantandereanos que poco a poco se han encargado de encaminar de nuevo este sector productivo de Norte de Santander.

Hoy, las empresas dedicadas al diseño y producción de zapatos tienen al departamento como el quinto exportador de este producto en el país, pero la idea es seguir aumentando hasta llegar al podio de los que más venden al exterior. 

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El año pasado, entre enero y noviembre, las ventas hacia el mercado internacional, en especial a Centroamérica y Suramérica, donde se concentra la clientela, se comercializaron 2,7 millones de dólares en zapatos, un 43,02% más que el resultado obtenido en igual periodo de 2016, según cifras de la Asociación Colombiana de Industriales del Calzado, el Cuero y sus Manufacturas (Acicam).

Hay potencial

La tarea de aumentar las exportaciones no es fácil y así lo entiende Sarmiento. Ella, después de esa primera experiencia que recibió cuando estaba empezando a formarse para este tipo de transacciones, confirmó que hay serias diferencias cuando se trata de negociar en el exterior y esto se evidencia hasta en aspectos como el embalaje y el empacado de los productos.

Por eso, esta empresaria sigue trabajando y capacitándose para lograr vender con éxito a nuevos mercados. Pero, como ella, hay un grupo de emprendedores que día a día trabajan por potenciar esta industria.

Uno de ellos llegó de Venezuela. Se trata de Pedro Palencia, que hace cinco años decidió trasladarse a Cúcuta para seguir fabricando zapatos, viendo en la capital de Norte de Santander una gran oportunidad para vender al exterior, evitando de cierta manera la crisis económica y social que afronta su país, en donde aún mantiene su negocio. 

En Cúcuta, inició con la fabricación de suelas, pero ahora ya hace todo el proceso, los zapatos salen con su marca Luca Soles, el principal destino era Venezuela, pero ahora, con el apoyo de Procolombia, trabaja por vender a mercados como el de Chile, Perú y Ecuador.

Uno de los mayores retos con los que se ha encontrado Palencia en la ciudad es la informalidad del sector, sobre todo en materia de contratación de personal. Este hecho genera una competencia desleal entre las empresas, sobre todo en aquellas, que “como la suya” trabaja de forma legal, lo que conlleva mayores gastos que esas en donde no se les paga a los empleados las condiciones que exige la ley.

Pero, a pesar de esta situación, él considera que la industria de Norte de Santander  tiene la capacidad de ser más competitiva y dejar atrás, como se está haciendo, la fama de que en Cúcuta solo se hace zapato del barato. “Aquí tenemos zapato de muy buena calidad”, aseveró.

La confianza en el potencial de esta industria también la tiene Geovanni Rodríguez, un empresario al que se puede considerar uno de los líderes de Norte de Santander en el tema de comercio de zapatos en el exterior.

Lleva 12 años vendiendo en el mercado internacional y desde la experiencia con su marca Calzado Gilvanni, lo importante es apostarle a un mejor sistema de producción, invertirle al desarrollo del producto y, sobre todo, adquirir conocimiento sobre el proceso exportador y el mercado al que se quiere llegar. “Hay colegas que tienen el producto para exportar y no lo hacen por miedo, mientras que hay otros que se atreven a iniciar el proceso aun cuando el producto no está listo”.

En total, en Norte de Santander, según las cifras del Observatorio Económico de la Cámara de Comercio de Cúcuta, en el departamento hay 962 empresas dedicadas a la producción de zapatos, 57 a la elaboración de partes de calzado y 292 talleres de producción informal.

Ayllen Parra, gerente de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cúcuta, destacó que uno de los aspectos para resaltar es la capacidad que tuvo este sector productivo para sobreponerse al impacto negativo generado por el deterioro del mercado venezolano, el principal socio comercial hace algunos años.

“Hoy por hoy las empresas que teníamos no son las mismas. Son empresas que han evolucionado, que invierten en tecnología y materias primas, en diseño, en tendencias, en preparación, que le están apuntando a otros mercados”, agregó la vocera de la entidad cameral.

Se puede ser mejor 

Los productores de zapatos del Norte de Santander tienen la calidad y el conocimiento para ser uno de los principales competidores en el mercado, pero para lograr este objetivo hay que seguir trabajando.

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Luis Gustavo Flórez, presidente ejecutivo de Acicam, indicó que “el punto central es mantener  activo el programa de mejora de la productividad de las empresas y en este sentido estamos adelantando con el Sena la capacitación del modelo integral de productividad y que aproximadamente se va a iniciar en el departamento. A ese punto hay que agregarle otros dos: innovación y diseño, agregó el experto.

Para Ayllen Parra, gerente de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cúcuta, la producción es clave, sobre todo, con el objetivo de mejorar el nivel de respuesta de las empresas a los requerimientos extranjeros, que pueden sobrepasar las capacidades de las unidades productivas del departamento, por lo que la otra recomendación es trabajar de forma asociada cuando la situación lo amerite. “La clave es tener ganas de exportar. Lo otro, es entender que cuando se exporta se deja de depender de un solo mercado”.