La frontera cerrada, la crisis de la economía venezolana y el crecimiento de la industria automotriz en Norte de Santander, hicieron pensar que la entrada de vehículos nuevos desde Venezuela era asunto del pasado.

Sin embargo, en los últimos meses, automóviles último modelo provenientes de Venezuela se han visto rodar por las calles de Cúcuta y algunos de ellos hasta se ofrecen en negocios dedicados a la venta de carros de segunda y venezolanos.

La situación, además de evidenciar que las trochas entre Norte de Santander y Venezuela están siendo utilizadas para el paso ilegal de los automotores, también ha generado una fuerte preocupación entre los empresarios líderes de las marcas de vehículos, que desde hace varios años vienen apostándole al desarrollo de la economía regional.

Hoy en el departamento se ofrecen cerca de 20 marcas de vehículos y funcionan más de 12 concesionarias y vitrinas de venta, que generan cerca de 500 empleos directos y otros 500 indirectos. 

Precisamente, este es uno de los principales aportes que hace este sector comercial a la economía regional y más, si se tiene en cuenta que Cúcuta y el área metropolitana vienen ocupando uno de los tres índices de desempleo más altos del país en los últimos años y el más alto en cuanto a informalidad laboral.

Sergio Palacios, gerente de Automarcol, concesionaria de comercializa desde hace 4 años los vehículos Ford, dice que esta industria, además de impulsar la generación de empleo formal, ha generado el pago de impuestos anuales de hasta $14.000 millones a los entes territoriales (municipio y departamento), así como de unos $8.000 millones al fisco nacional.

Aparte de los tributos que se pagan por impuestos por compra y venta de vehículos, las concesionarias hacen otros aportes como el predial, que en el caso de Codiesel es por inmuebles con espacios iguales a 10.000 metros cuadrados.

Jorge Franco, gerente general de esta empresa encargada de comercializar la marca Chevrolet, destacó que a esto hay que sumarle todo lo que invierten en publicidad, tanto en medios (radio, prensa y televisión), así como materiales de apoyo como afiches, volantes, pancartas.

Las concesionarias además tratan de que todo lo que se consuma genere un beneficio para la ciudad, “entonces hacemos un esfuerzo porque todos los proveedores de servicios, productos y personas que contratamos sean de la región”, dijo Franco.

Cambió la dinámica

La masificación de las concesionarias en Norte de Santander, especialmente en Cúcuta y el área metropolitana, ha generado una recomposición del parque automotor, antes dominado el vehículo venezolano.

Hoy, la proporción de autos registrados en los municipios del departamento va en aumento y una muestra de ello es que entre 2013 y 2016, la comercialización y registro de automotores nuevos sumó 22.980 unidades, con un promedio de 5.000 vehículos al año, de acuerdo con las cifras de los informes de Fenalco, Econometría y la Andi.

La dinámica de venta de vehículos y la gestión de cobro que se desarrolla del impuesto desde la Secretaría de Hacienda departamental, se refleja en el recaudo que hace esta entidad por dicho gravamen. “Esto es algo conjunto”, aseguró Martín Martínez, jefe de ese despacho.

Las cuentas oficiales muestran que por concepto de impuesto vehicular se pasó de $1.500 millones en 2008 a $13.435 millones en 2016.

Al respecto, Sergio Pérez, gerente de Stok Motors, enfatizó en que uno de los principales logros de la industria automotriz en Norte de Santander es el cambio de mentalidad de las personas, que antes solo compraban vehículos en Venezuela. 

Pero, a pesar de los logros, esta industria se siente amenazada por el mercado de contrabando desde Venezuela; por eso, le piden a las autoridades controlar las trochas fronterizas y un censo para saber realmente cuántos vehículos del país vecino hay y así poder tomar las decisiones pertinentes.

Al respecto, Martínez dijo que la solución es sacar adelante el proceso de internación de vehículos.