A Evangelina Maldonado, 35, vecina del barrio Siglo XXI, el escándalo que producen las plantas de sonido de una docena de bares y discotecas que funcionan a lo largo de la avenida 17 no le permiten conciliar el sueño a ella y a sus papás de 70 y 82 años.

Hace apenas 5 años en este sector solo funcionaban tiendas y supermercados de abarrotes, pero de un tiempo para acá, sin importar que es un sector residencial, la Alcaldía permitió la apertura de negocios de venta y consumo de bebidas alcohólicas.

Esta situación, a juicio de Maldonado, alteró la convivencia en horas nocturnas y avanzadas horas de la madrugada, que es cuando más tranquilidad debe reinar para el descanso.

Ella dice que lo que más sorprende es la ausencia de las autoridades, que no se hacen presentes para reprender a los infractores. “En nuestro barrio se pasan por la faja el código de policía y nadie dice nada”, reclamó la mujer.

Así como ocurre en Siglo XXI, también está pasando en la avenida 12 entre calles 15 y 17 de La Libertad alrededores del parque de Belén, Natilán I Etapa, barrio Aeropuerto, avenida Las Américas, Motilones y Ceci, donde funcionan zonas de rumba en horarios que van desde las 6 de la tarde hasta las 3 de la madrugada.

Vecinos del sector de Aeropuerto y avenida Las Américas aseguraron que no solo son bares y discotecas; también hay presencia de prostíbulos y ollas del microtráfico, lo que también atrae la presencia de atracadores.

Los escándalos por la numerosa afluencia de público, las riñas y las plantas de sonido se intensifican durante los fines de semana, afirma Juan Carlos Caballero, vecino del sector, quien denunció que  el nivel del ruido sobrepasa lo que permite la norma (60 decibelios). 

Dijo que los niños deben presenciar mujeres y travestis semidesnudos desfilando por las calles.

Las zonas en las que la convivencia se hace más pesada, debido a que los bares funcionan hasta las 3 de la madrugada, son La Libertad y Natilán, en este último sitio la mayor parte de la rumba se protagoniza en la calle. Aunque la Policía hace presencia,  el ruido de las plantas de sonido se mantiene, así como los escándalos, dijo el líder cívico Argemiro Acevedo.

En el recorrido que hizo La Opinión por estos sectores, se contaron cerca de 70 negocios, entre bares, tabernas, discotecas y prostíbulos, estos últimos, funcionan bajo la fachada de billares.

Líderes comunales se mostraron sorprendidos por la omisión de las autoridades, en casos en los que hay presencia de escuelas y colegios cerca de los negocios antes citados, algo que el POT prohíbe en zonas residenciales.

‘Autoridades alcahuetas’

El descontrol que existe con los negocios de venta y consumo de licor en Cúcuta obedece, según líderes comunales, a que las autoridades no hacen cumplir la ley, se hacen las de la vista gorda, son alcahuetas’, afirmó Horacio Martínez, líder de La Libertad.

El dirigente denunció que mientras la policía y la alcaldía no hagan cumplir el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y el Código de Policía, las comunidades seguirán recibiendo atropellos de los infractores.

La subsecretaria de Gobierno, Sandra Roa, dijo el lunes que se vienen adelantando operativos en los sitios donde se expende licor, confrontando documentación y uso de suelo.

En el el caso de las ocho zonas que están generando ruido por la presencia de bares y discotecas, manifestó que de comprobarse que no reúnen los requisitos y que violan los horarios de cierre se procerá a sellar los negocios.