Durante el último año, las asociaciones comunitarias en Cúcuta han tenido un incremento del 178%, según cifras de la Secretaría de Equidad de Género del Municipio, entidad a la que deben estar afiliadas. De 290 se pasó a 808.

Pero, ¿a qué se debe este incremento? Según Isabel Márquez, secretaria de Equidad de Género de Cúcuta, la razón es sencilla: “la gente ha comprendido que si se asocia, recibe más beneficios”. Aseguró que al principio llegaban pidiendo apoyo de manera individual, pero ahora es satisfactorio ver cómo llegan a solicitar algún beneficio, pero para todos. 

“Tampoco queríamos que se multiplicaran y se convirtieran solo en una cifra, por eso buscamos que cumplieran con el propósito por el que fueron creadas y que es llevar beneficio a las comunidades”, aseguró Márquez.

La funcionaria también contó que se tuvo que hacer un proceso de verificación, asociación por asociación, para evitar que se convirtieran en organizaciones de papel y que la oferta institucional fuera desaprovechada. 

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Y es que estas asociaciones, a las que deben pertenecer mínimo 25 personas, han logrado recibir capacitación e impulso educativo para crear microempresas. También han tenido la posibilidad de encontrar empleos temporales mientras se forman.

Actualmente hay un convenio que permite que todos los que estén afiliados tengan acceso educativo a los programas que ofrece el Sena. Además, también tienen asistencia jurídica y acompañamiento legal por si lo necesitan. Durante el 2017 ya se han realizado 200 visitas en las que se les informan las herramientas legales para combatir y reconocer las formas de violencia hacia la mujer, y prevenir embarazos no deseados.

Márquez aseguró que si bien la idea inicial de las asociaciones era ayudar a las mujeres, poco a poco se han vuelto más incluyentes y hoy trabajan no solo con  mujeres, sino con hombres, población lgtbi, y comunidades indígenas como los Inga.

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En busca del bien comunitario 

Lorena Solano, presidenta de la asociación ‘Labrando un Camino’, ubicada sobre el Anillo Vial, lado occidental, dijo que, luego de ver, cuando pertenecía a una asociación en Motilones, lo que podía conseguir para ayudar a su comunidad, se motivó a crear una en el barrio donde vive. 

“Somos nuevos en esto, pero hemos logrado muchas cosas”, cuenta emocionada. “Actualmente tenemos 35 integrantes, incluidos tres hombres. Ha sido una experiencia grata”.

El sueño de este grupo de personas, que además de ser vecinos, tiene en común la necesidad de querer una mejor calidad de vida, es poder crear una unidad productiva, crear empresa y mejorar sus ingresos. Luego de capacitarse emprenderán la búsqueda de recursos para materializar sus ideas.

Hacer parte de estas asociaciones no es algo exclusivo de los barrios pobres. Mariela Echeverría López, ama de casa y quien vive en el barrio Prados del Este, estrato 3, es la presidenta de la asociación Mujeres Emprendedoras y da fe de lo beneficioso que es hacer parte de estas agrupaciones.

“Mucha gente piensa que como vivimos en un barrio estrato 3, no tenemos necesidades. Somos gente común y corriente, que tampoco tiene una opción laboral”, cuenta.

Las ganas de formar empresa es lo que motiva a las 76 mujeres que a diario se reúnen para compartir conocimientos y vivencias. “Hemos aprendido de todo. Se han logrado cursos de manualidades, manipulación de alimentos, decoración, huertas caseras y varios más”, asegura.

Este año, la Alcaldía,  a través de la Secretaría de Equidad de Género, trabaja en la conformación de microempresas que ayuden a satisfacer las necesidades de toda la población interesada. 

¿Cómo asociarse?

Se entienden como asociaciones comunitarias los proyectos que buscan resolver problemas que afectan a la comunidad y desarrollar iniciativas de interés para sus miembros. Esto exige la participación y articulación de actores organizados entre los cuales deben existir lazos de confianza, reciprocidad y cooperación. Según la Secretaría de Equidad de Género de Cúcuta, como requisito, además de las ganas y la disposición, se requiere que haya un mínimo de asociados de 25 personas.

Estas se deben reunir y conformar por elección los cargos de una junta directiva  (presidente, vicepresidente, secretario, etc), presentarse ante la secretaría y realizar una reunión de apertura. Después, ya pueden comenzar a gestionar ayudas para la comunidad.

Actualmente, la zona que más se ha asociado ha sido Atalaya, en sus barrios hay 186. Mientras que en la comuna 2, no hay ninguna.