Las lluvias caídas sobre  Cúcuta en los últimos días abrieron de nuevo el debate sobre si las autoridades han hecho la tarea en materia de prevención en aquellos sectores de alto riesgo por inundaciones y deslizamientos de tierra.

El Cuerpo de Bomberos alertó sobre la necesidad de brindar especial atención en al menos cinco zonas históricamente afectadas por los deslizamientos de tierra.

La comandante de ese cuerpo, Yolibet Mejías, dijo que no ha habido deslizamientos, pero es necesario que las familias que viven en los cerros de San Rafael, Los Alpes, Cerro Norte, Virgilio Barco y Brisas del Aeropuerto estén alerta para que reporten cualquier hecho que pueda representar una amenaza para sus vidas y bienes.

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Recomendó estricto monitoreo del suelo sobre el que fueron construidas las casas, para evaluar y reportar las alertas en tiempo real sobre el potencial riesgo por deslizamientos.

Líderes comunales de San Rafael, Brisas del Aeropuerto y Virgilio Barco, denunciaron que la gente está en completa desprotección, pues las obras de mitigación de riesgo que se anunciaron desde el año pasado no despegan.

En Brisas del Aeropuerto hay 16 viviendas en peligro inminente de desplome: fueron construidas sobre el canal de aguas lluvias que cruza el lugar. El año pasado hubo un primer desplome de 4 viviendas.

En San Rafael, la presidenta de la junta de acción Comunal, Clara Inés Villamizar, dijo que espera hace un año el inicio de trabajos para controlar la erosión y los deslizamientos.

Benjamín Gómez, dirigente comunal de Atalaya, denunció que se avanzó en la constitución de los comités barriales de Riesgo, pero muy poco se ha hecho en las zonas donde se deben reubicar familias por estar en peligro, como en Brisas del Aeropuerto.

Monitoreo del riesgo

El secretario de Gestión del Riesgo de Cúcuta, Félix Muñoz, dijo que hay monitoreo y seguimiento a 64 barrios de Cúcuta en donde ocurren afectaciones por las lluvias. Enumeró barrios como Tucunaré (parte Alta), San Rafael, Siete de Agosto, Doña Nidia, Palmeras, El Desierto, Cúcuta 75, Nuevo Horizonte, El Progreso, Sabana Larga, Manuela Beltrán, Las Delicias y La Florida, entre otros, por tratarse de lugares de invasión.

Los eventos

En los dos días de lluvias que se han registrado en Cúcuta las autoridades reportan hasta ahora el taponamiento de la Quebrada Seca a la altura de la víua Cúcuta-El Zulia.

Se reportó flujo de tráfico automotor restringido en el anillo vial, (sector occidental), por el desprendimiento de piedras y tierra.

También hubo desprendimiento de rocas entre las glorietas García Herreros y San Mateo. 

Recomendaciones

Las autoridades de Gestión del Riesgo recomendaron mantener la constante revisión de canales de aguas lluvias y a no arrojar basuras a la calle.

Las familias residentes en la zona rural estar pendientes a la evolución de los niveles de los ríos Zulia, Pamplonita y Táchira, debido a que sus niveles están en constante ascenso por las lluvias.

Hay 18 municipios en alerta naranja y 1 en roja

Las intensas lluvias que han azotado las partes altas de las cuencas de los ríos Zulia y Pamplonita obligaron a las autoridades de gestión del riesgo del departamento a declarar la alerta naranja en 18 municipios y, por ahora,  la roja en El Zulia.

El Gobernador William Villamizar solicitó apoyo  al Instituto Nacional de Vías, Invías, para restablecer la comunicación terrestre en el tramo Toledo-Gibraltar, donde las fuertes precipitaciones causaron deslizamientos de tierra que bloquearon el paso de automotores. El funcionario notificó a los alcaldes a activar los planes de contingencia para brindar atención a los hechos que surjan por las lluvias.

Por otro lado, el director de la Corporación Autónoma Regional para la Frontera Nororiental (Corponor), Gregorio Angarita, dijo que la emergencia por el derrame de crudo que se produjo días atrás en zona rural de Tibú se mantiene.

Angarita solicitó a Ecopetrol la instalación de un punto de control permanente, que tenga barreras de protección permanente para garantizar el cuidado y la protección de la bocatoma que capta el líquido para unas 30.000 personas en Tibú.

“La recuperación ha sido lenta porque aún hay trazas de crudo en quebradas que van a desembocar al río Tibú, de ahí que se requiere el punto de control, para evitar que la contaminación se extienda a este último cuerpo de agua”, dijo Angarita.