La diversidad de formas de vida, tanto en fauna como en flora, y los ecosistemas presentes en Norte de Santander, son la base para el mantenimiento de servicios ambientales de los cuales depende la población para subsistir y asegurar una calidad de vida.

Cuando se habla de servicios se hace alusión a los alimentos, al recurso hídrico, al control de plagas e incluso a la disminución del impacto del calentamiento global.

El biólogo Carlos Cáceres Martínez, integrante del Grupo de Investigación en Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de la Universidad Nacional de Colombia, argumentó que la biodiversidad y la generación de ambientes saludables juegan un papel clave a la hora de organizar el territorio y por ello deben hacer parte de los instrumentos de ordenamiento.

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Para él, el ordenamiento territorial es una herramienta que tienen los departamentos y los municipios para planificar y ordenar el territorio, haciendo más eficiente el uso de los recursos económicos, sociales, ambientales y culturales, en el ámbito urbano y rural. 

(Las zonas de páramo son fuente de abundante riqueza hídrica; allí nacen quebradas y ríos.)

“Esta herramienta debe ser el eje rector del territorio a largo plazo. Para ello hay que priorizar áreas de conservación, planear el manejo y uso de la biodiversidad y el aprovechamiento de los recursos naturales. Una planificación inadecuada redunda en la pérdida y deterioro de los recursos naturales y por ende en el bienestar de la humanidad”, señaló Cáceres.

A la par de los planteamientos de Cáceres, el doctor José González Maya, director de Procat Colombia y presidente del Grupo de Especialistas de Pequeños Carnívoros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, señaló que “el ordenamiento territorial es una herramienta que permite que en un mismo territorio compartan espacio las actividades humanas y la conservación”.

Para González, “la responsabilidad de manejar el territorio recae en las instituciones gubernamentales, sin embargo, como sociedad estamos obligados a exigir que esa función se cumpla y además, debemos aportar adoptando prácticas que garanticen recursos para las generaciones venideras”.

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Para los investigadores la conservación de la biodiversidad es sinónimo de velar por el bienestar humano y de ahí la importancia de conocer la riqueza que hay en Norte de Santander.

Ecosistemas diversos

La abundante biodiversidad colombiana está asociada a los ecosistemas que hay en el país, favorecidos por la ramificación de la cordillera de los Andes y la existencia de regiones como la Orinoquía y la Amazonia.

En Colombia hay diferentes pisos térmicos y variedad de climas, donde habitan especies de fauna y de flora. Algunos de los ecosistemas más impactados son los presentes en los bosques secos tropicales, de los cuales solo queda el 8 por ciento (7.200 kilómetros cuadrados) y en Cúcuta, se cuenta con 674 kilómetros cuadrados, lo que representa el 9.3 por ciento.

(Ejemplar de babilla, reptil cazado por los humanos.)

Estas zonas en la región están impactadas por minería de carbón y de arcilla, por la fragmentación que genera la construcción de vías y conjuntos residenciales, por la ganadería y la presencia de cultivos.

En Norte de Santander también hay ecosistemas vitales como los de páramo, representados en 585 kilómetros cuadrados. Los más importantes son Santurbán, Tamá, Almorzadero y Jurisdicciones. 

En las partes bajas del Parque Nacional Natural Tamá y en el Parque Nacional Natural Catatumbo Barí, hay bosques tropicales con alta presencia de vegetación que contribuye a regular el calentamiento global. Además, allí habitan especies como el jaguar, la danta terrestre, los monos aulladores, los monos cariblancos, osos andinos, entre otros.

En la amplia variedad de bosques también está el andino, importante por tanto solo se encuentra en los Andes. Estas zonas tienen grandes retos para la conservación por ser allí donde se concentran las actividades agrícolas.

Así, la consigna es clara: conocer la diversidad para que alcaldes y gobernadores la inserten adecuadamente en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT).