Las discusiones sobre el páramo de Santurbán comienzan a trascender su área influencia para involucrar a quienes dependen del recurso hídrico en El Zulia y Cúcuta, según se concluyó el jueves en el foro Santurbán somos todos.

Hugo Vergara, vocero del sector rural de Cúcuta, afirmó que su preocupación radica en que esta zona está bañada por los ríos Zulia y Pamplonita que nacen en Santurbán y garantizan toda la producción agopecuaria que abastece la canasta familiar en la ciudad.

“Necesitamos conservar el recurso hídrico para casi 20 mil habitantes de la zona rural que estamos listos para defender el páramo”, dijo. “Los agricultores siempre hemos estado preocupados por el agua y ahora estamos más atentos por las afectaciones al equilibrio ecológico”.

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Para Yesid Navas, exdirector de Corponor, los efectos sobre las condiciones de cantidad y calidad del agua que nace en Santurbán no solo se relacionan con las explotaciones mineras, de cualquier tipo, sino que también sufrirán las consecuencias de proyectos como el Acueducto Metropolitano .

“Nadie en pleno siglo XXI puede pensar en construir un acueducto sin regular la fuente hídrica”, dijo. “No puede uno pretender, como lo pretende el Acueducto Metropolitano , meter tubería sobre el lecho del río y chupar el agua para distribuirla”.

Por eso, enfatizó en que si bien no se está en contra del proyecto, sí hay reparos sobre la forma de ejecutarlo.

“No tendremos agua en invierno, porque va a bajar llena de lodo y este impedirá que se muevan las motobombas”, dijo. “En verano tampoco, porque el caudal llega a 4 metros cúbicos por segundo”, dijo.

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Explicó que, como mínimo, el caudal ecológico debería ser de 21 metros cúbicos por segundo pero al afluente hay “que sacarle 14 metros, por la concesión del distrito de riego; 6 más, para Termotasajero, y el acueducto, sacaría otros 3”.

Por su parte, el alcalde El Zulia, Elkin Caballero, reconoció que actualmente se adelantan gestiones para viabilizar plantas de tratamiento de aguas residuales con 9 alcaldes más, e insistió en que cualquier explotación en el páramo “terminará por hacer cumplir la guerra por el preciado líquido” y deteriorar las proyecciones sociales, económicas y ambientales.

Arbel Porras, ingeniero agroforestal, destacó que en Norte de Santander crezca la preocupación por lo que denominó la “seguridad hídrica”, y recordó que Cúcuta no tiene más fuentes de agua alternativas, aparte de los ríos Zulia y Pamplonita, “y el agua no tiene sustituto”.

También señaló que si las condiciones críticas del agua persisten, “las familias que viven del cultivo de arroz serán las primeras desplazadas por el clima, porque ellos viven del agua”, y agregó que para el caso del Acueducto Metropolitano  la mejor opción, tanto para el área metropolitana como para algunas poblaciones venezolanas, es el Cínera porque “ganarle a la gravedad será muy costoso”.

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Por otra parte, Gregorio Angarita, director de Corponor, mencionó que en este proceso de concertación sobre los mecanismos de protección y el cumplimiento al fallo de la Corte habrá una amplia  participación ciudadana, a la vez que ratificó su desacuerdo con cualquier proyecto minero en la zona.

En qué va el acueducto

Francisco Bermont, secretario departamental de Aguas, informó que luego de finiquitar el acuerdo de voluntades, esta semana, se inició el convenio de recursos y para 2018 se hará seguimiento para presentar el proyecto a las comunidades, con las actividades por desarrollar en los próximos dos años.

Así, Ecopetrol comenzaría procesos contractuales en enero, teniendo en cuenta mano de obra calificada y no calificada de la región, y el compromiso de construir la acometida entre El Zulia y El Pórtico, los desarenadores y una planta de tratamiento de agua potable, por 155 mil millones de pesos.

Indicó además que el departamento logró una reducción de costos, pasando de 50 mil a 40 mil millones de pesos.

En total, según el gobernador, William Villamizar, el proyecto terminaría costando 380 mil millones millones de pesos.