Desde el Instituto Técnico Agropecuario de Juan Frío también se rescata la actividad productiva de la zona: la piscicultura, con el proyecto Revert Fish, el cual fue destacado como la mejor experiencia educativa rural del departamento, dado su carácter innovador que propicia la permanencia de los niños en la escuela.

La propuesta se enfoca en la cría y comercialización de cachama y mojarra, y el aprovechamiento de escamas, para elaborar colágeno y gelatina, y de los ojos, con los que se produce ácido hialurónico.

Le puede interesar Juan Frío: en donde renace la confianza

Leidy Karime Alarcón Carranza, docente líder del proyecto, afirma que el proyecto es beneficioso porque los siete estudiantes participantes, de la media técnica (grados 10 y 11), “se han llenado del espíritu emprendedor”, entre ellos, Giselle Navas, quien tiene discapacidad motriz y encontró aquí su proyecto de vida.

Navas, resaltó que el colágeno ha tenido gran aceptación entre habitantes de Juan Frío, docentes y trabajadores de la Alcaldía de Villa del Rosario, que “lo están usando porque les gustó”, y señaló que “se le da un nuevo aire a algo que poco se utiliza”.

Su anhelo es ingresar al Sena y “con la maquinaria y los laboratorios” ampliar el trabajo y la comercialización.

Pero aunque la idea tuvo éxito, la realidad no es favorable, pues hace apenas un mes delincuentes ingresaron al colegio, que no tiene cerramiento, y les robaron a los niños las 2 mil cachamas y 800 mojarras que habían adquirido por su cuenta.

Camilo Rodríguez, estudiante, lamentó que pese a que querían culminar el proceso, “se robaron todo”, con lo cual se afectó la inversión que habían hecho los mismos estudiantes. 

Si bien la institución recibirá un premio, que consiste en la construcción de una batería sanitaria por parte de Empresarios por la Educación Capítulo Norte de Santander, lo ideal sería que se cerrara la estructura o se recuperaran los animales, para que el proyecto no llegue a su fin.

“Nosotros nos graduamos pero esperamos que sigan los otros cursos”, dijo Rodríguez, quien espera apoyo para los demás procesos de investigación que se realizan en el colegio.

El objetivo de este joven, encargado de la cría de mojarras era comprobar cuál dieta resultaba mejor para la producción, entre ciento por ciento concentrado y un 70 por ciento de concentrado y 30  por ciento orgánico, con ahuyama y yuca, “pero no pudimos implementarla”.

Junto a esta iniciativa se presentaron otras ocho propuestas de La Esperanza, Chitagá, El Carmen, Los Patios, Ábrego, San Cayetano y Silos.