Desde el 3 de mayo de este año los docentes de Norte de Santander se enteraron de la actualización que debía surtirse en sus manuales de convivencia, en cumplimiento de la sentencia T-487 de 2015.

Desde aquel momento, los maestros conocieron que debían implementar programas de competencias ciudadanas, educación para el ejercicio de los derechos humanos, establecer la ruta de atención para la convivencia y sus protocolos, y hacer la revisión extensiva e integral de los manuales para determinar que los mismos fuesen respetuosos de la orientación sexual y la identidad de género.

Uno de los casos cumplidos está en el Instituto Técnico María Inmaculada en el cual, según el rector, Luis Jesús Ortiz, ya se hizo el trabajo de evaluación, acatando los criterios del ministerio de Educación.

“Hicimos un trabajo colectivo con el comité de convivencia, en el que participaron padres, alumnos y directivos”, contó. “Ya se pasó la primera versión a la secretaría de Educación, que revisará y hará las recomendaciones necesarias”.

Según el directivo, durante el análisis de las preguntas la comunidad educativa no estuvo ni en favor, ni en contra.

“Nosotros respetamos las cuestiones de género y el pensamiento de cada persona”, comentó. “Actuamos conforme a la ley, sin discriminar a nadie y toda esa temática se trató de cristalizar en el manual de convivencia”.

Para Ortiz, esta discusión no es nueva y debe ser superada con respeto.

En otras instituciones el proceso está avanzando, como ocurre en el Instituto Técnico Agropecuario de Juan Frío, en el que también se analizan las preguntas orientadoras que ya son de conocimiento público en la institución educativa, para tener un manual incluyente, según indicó la rectora Nohora Leal.

La Opinión