Corponor estima que la recuperación del río Catatumbo, tras la voladura del oleoducto Caño Limón-Coveñas, tardará hasta 15 años, en tanto que el Ministerio de Ambiente estima que la inversión para su tratamiento será millonaria, tal como ocurrió en 2018 cuando se tuvieron que destinar más de 60 mil millones de pesos para ello.
Según el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, solo en 2019 ya ocurrieron 11 atentados contra el oleoducto, cuyos efectos han perjudicado 125 kilómetros del río Catatumbo.
“Un atentado semanal no permite que el río se recupere”, dijo. “Son manchas de aceite que no se mezclan con el agua y le restan oxígeno a los peces”.
Aunque hay 108 barreras instaladas por Ecopetrol, y la mancha está controlada, según el ministro, se espera que no haya afectaciones mayores, especialmente hacia La Gabarra, dijo el alcalde de Tibú, Jesús Escalante.
El principal temor es el perjucio a la bocatoma de La Gabarra para el suministro de agua a más de 6 mil habitantes, que conduzca a declarar una emergencia “y buscar los recursos para suministrarles agua”.
Según Escalante, hay dificultades para las alcaldías, que no pueden atender estos eventos como si fuesen emergencias, pues son ocasionadas intencionalmente, “y los recursos que uno tiene dispuestos para emergencias, no se pueden usar”.
“Hay una situación muy grave a la que nunca han dado solución jurídica”, dijo, a la vez que lamentó el daño ambiental, que será mayor por el bajo caudal del río, el cual impide la salida rápida del crudo, y tampoco se lograron instalar las barreras en puntos más cercanos al daño, al parecer por el orden público.
“El aire está contaminado y la gente que vive a orillas del río dice que es difícil respirar por la inhalación de gases, pero tratan de manejarlo retirándose de la zona”, agregó.
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Aunque el ministro dijo que las entidades responden por estos hechos y buscan preservar el territorio, reconoció que en el Catatumbo “debemos hacer más presencia, porque las actividades ilícitas siguen aquí”, y advirtió que la defensa del patrimonio de los colombianos y la seguridad van más allá del componente de fuerzas armadas; “cuando tienes agua potable, alimento, servicios públicos, salud, educación, eso es seguridad”.
‘Toda una hecatombe’
Rafael Guarín, Alto consejero de seguridad nacional, afirmó que en el sobrevuelo que se hizo ayer “lo que vimos es una hecatombe ambiental”, no solo por cuenta del robo de hidrocarburos y los atentados, sino por la deforestación par la siembra de coca.
El funcionario afirmó que en 2018, 20 mil barriles de petróleo fueron a dar a ríos y zonas naturales protegidas, y que en los 33 años de existencia del oleoducto, cerca de 4 millones de barriles han sido derramados en más de 1.500 atentados.
Guarín también admitió que la prevención de estos atentados es compleja por la extensión del eoleoducto y por la “enorme dificultad para actuar”.
Sin embargo, expresó que se están desarrollando capacidades de inteligencia para controlar a los grupos armados que se dedican a estas actividades.