La desmovilización de las Farc, en 2017, se convirtió en un factor definitivo para la reducción de los riesgos por violencia en varias regiones del país, en donde la zozobra y el miedo que producían los diferentes frentes de esta guerrilla impedían el normal desarrollo de las jornadas electorales.

Esta es una de las principales conclusiones a las que llegó la Misión de Observación Electoral  (MOE) y el grupo de expertos que elaboró los Mapas y Factores de Riesgos Electorales  para los comicios de 2018, luego de encontrar que el proceso de paz eliminó las amenazas que se posaban sobre 79 municipios del país.

Según el informe, mientras que para las elecciones de 2014 la alerta se mantuvo sobre 389 municipios y en 2015 sobre 438, para las elecciones de Congreso y Presidencia de este año los riesgos por violencia se redujeron a 310 municipios, de los cuales 130 figuran en nivel medio, 122 en alto y 58 en extremo.

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Sin embargo, en regiones como Norte de Santander, la amenaza sobre los procesos electorales sigue latente, aun cuando la región también fue epicentro del proceso de desmovilización de las Farc.

Esto por cuanto, la presencia de otros grupos armados ilegales como el Eln y las bandas criminales se mantiene, convirtiéndose en uno de los principales factores de perturbación para las elecciones que se desarrollarán el 11 de marzo y el 27 de mayo.

Aumentó el riesgo

De acuerdo con el análisis hecho por la MOE, con el apoyo de la Cerac, algunas universidades, organizaciones de derechos humanos, la Fundación para la Libertad de Prensa, entre otras instituciones, en contraste con las elecciones de 2014, en cinco municipios de Norte de Santander aumentó a extremo, el nivel de riesgo. Estos son: Convención, El Carmen, Hacarí, La Playa y Teorama.

“Los riesgos electorales pasaron de ser corredores que atravesaban importantes zonas del país a ser regiones específicas en las que se concentran economías ilegales y diferentes actores armados”, explicó la directora de la MOE, Alejandra Barrios.

En total, la Misión de Observación Electoral concluyó que en el caso específico de este departamento hay 11 municipios en donde confluye el riesgo por factores asociados al fraude y la violencia que persiste en la zona. 

De esta cifra, siete localidades figuran con un riesgo extremo, dos alto y uno bajo. (Ver mapa)

17 municipios en riesgo por violencia

Los Mapas de Riesgo también dejan en evidencia que 17 municipios de Norte de Santander siguen estando en la mira, por la influencia de los actores armados ilegales, lo cual podría afectar el normal desarrollo de las próximas jornadas electorales en aquellos lugares.

El riesgo más extremo en este sentido lo tienen: Cúcuta, Ocaña, Sardinata, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, Teorama y Tibú.

En riesgo alto se ubican: Puerto Santander, San Calixto, Bucarasica, Toledo y Villa del Rosario.

Entre tanto, el riesgo medio está en: Labateca y Chitagá.

De estos municipios, quienes no habían presentado ningún grado  de amenaza en las elecciones de 2015 eran: Chitagá, Labateca y Puerto Santander.

“La mayoría de estos municipios está en un nivel de riesgo alto debido a la presencia y acciones unilaterales que ejercen grupos como el Eln y Los Pelusos que están en constante disputa por el dominio de la industria del narcotráfico, contrabando (gasolina y armas) y el tráfico de inmigrantes venezolanos”, concluyó el informe.

En vista de este panorama, la MOE les hizo un llamado a las autoridades para que consoliden la presencia estatal e institucional en todo el territorio colombiano.

“De igual forma, se hace un llamado a los grupos al margen de la ley a que respeten el normal desarrollo de las elecciones y que cesen definitivamente sus actividades violentas”, manifestó la directora de la veeduría electoral.

Riesgo de fraude en 23 municipios 

El otro fantasma que persiste para las elecciones legislativas y presidenciales que se celebrarán próximamente, es el del fraude electoral.

Hace cuatro años, las alertas se encendieron en Norte de Santander pues a diferencia de otras épocas, el principal riesgo no lo constituía la violencia, sino el posible fraude, en un 60 %.

Este año en tan solo un municipio se redujo esa alerta, pues se pasó de 24 a 23 localidades con riesgo de ser objeto de coerción, intimidación, constreñimiento e influencia electoral por parte de los candidatos y partidos.

De acuerdo con la MOE,  en las poblaciones que quedaron tachadas bajo esta amenaza se evidencian irregularidades en la participación electoral, variaciones atípicas en el número de votantes, atipicidad en el nivel de votos nulos, atipicidad en el nivel de tarjetones no marcados y limitaciones a la competencia democrática, reflejados en el dominio electoral.

Los municipios con el mayor riesgo de eventual fraude tanto para la Cámara como para el Senado son: Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, Teorama, Tibú, Puerto Santander, San Calixto, Cucutilla y Villa Caro.

Frente a este análisis, la MOE llamó la atención en el sentido de que el Consejo Nacional Electoral es vulnerable frente a las amenazas que se ciernen sobre la transparencia del proceso electoral, en particular la corrupción electoral.

“Ejemplo de ello es la anulación, en marzo de 2016, por parte del Consejo de Estado, de la elección del exalcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez, quien fue electo en octubre de 2011 y gobernó todo su periodo entre 2012 y 2015 antes de verse afectado por esa decisión”, consideró la MOE.

A nivel nacional son 170 los municipios en los que confluyen riesgos electorales indicativos de fraude y riesgos por factores de violencia para los comicios que se avecinan, siendo esta la menor cifra registrada hasta el momento en la historia de la Misión de Observación Electoral.