No tiene una de las mejores plantas física de la ciudad, pero es uno de los colegios con más alumnos por aula.

La sede Juan Bautista Scalabrini del Colegio Camilo Daza ostenta el nada envidiable récord de tener las aulas con mayor hacinamiento con entre 48 y hasta 52 alumnos por salón.

Construida en uno de los barrios más pobres de la ciudad, la sede nació hace 15 años de la mano de la comunidad Scalabriniana con el fin de brindar una solución escolar a las familias del recién formado barrio Scalabrini.

Sin embargo, con la llegada de nuevos asentamientos y las torres de apartamentos gratuitas que entregó el gobierno nacional la demanda escolar creció.

Arley Laguado, coordinador de la sede, dijo que en la escuela no se le niega el cupo a nadie, y bajo el lema de brindarle educación a todos los niños los salones empezaron a coparse.

“El grupo más pequeño que tenemos es un primero con 38 estudiantes y otro con 49, en preescolar tenemos grupos de 48 niños, y tenemos 58 estudiantes en segundo, y 60 en cuarto y quinto”, explicó Laguado.

La sede que  abrió sus puertas a todas las familias que iban llegando a los barrios aledaños, está parcialmente encerrada, por la ausencia de recursos carece de muros de cerramiento, tiene comedor escolar y otras sedes por fuera de esta estructura.

Sedes alternas

Hace tres años preescolar fue ubicado en un aula externa, frente a la pequeña escuela. La asociación del adulto mayor de Scalabrini y su junta comunal prestó el espacio a la escuela para que los niños recibieran allí sus clases.

De esta forma el salón, construido en bloques de cemento, madera, horas de zinc, y malla metálica, funciona como salón de clases de lunes a viernes, y los fines de semana es utilizado por los abuelos y la junta para sus reuniones y capacitaciones.

El año pasado, en el asentamiento vecino, Guadalupe, el se habilitaron tres grupos en dos viejas aulas. Los niños de primero tienen su propio salón, y los de preescolar y segundo lo comparten.

“La sede de Guadalupe se habilitó luego de que el padre Francesco Bortignon gestionará  este espacio, para brindarles estudio a los niños de los nacientes asentamientos de La Conquista, Guadalupe y Villas de la Paz”, explicó el coordinador.

El padre Bortignon, rector del Colegio Camilo Daza, está gestionando, mediante ayuda internacional la construcción de nuevas aulas en Guadalupe. Así mismo espera poder traer, el año entrante, la jornada doble a la sede Scalabrini para combatir el hacinamiento en las aulas y brindarles más cupos a la comunidad.

En busca de soluciones

Ante la situación de hacinamiento y la falta de cupos escolares, Luis Carlos Guzmán, secretario de Educación Municipal, dijo que la Secretaría está trabajando en la implementación de proyectos que permitan mejorar ampliar la cobertura escolar.

Guzmán dijo que la aplicación de la jornada única y la contra jornada se está apoyando en unos procesos de construcción de nuevas  infraestructura que están en trámite en el Ministerio de Educación Nacional con el fin de ampliar cobertura y permitir mayor calidad educativa.

“Esta situación resulta de un plan de choque por la migración de matricula debido a los nuevos proyectos de vivienda y las nacientes invasiones”, explicó Guzmán.

Respecto al número de estudiantes por aula, dijo que con los planes que se están adelantando se pretende regular el número de alumnos y docentes por salón.