Casi una semana después de devastar Bahamas, donde dejó al menos 43 muertos, Dorian causó “estragos” en Canadá, con vientos violentos e inundaciones en las zonas costeras, sin que se reportaran víctimas fatales.
Dorian entró en tierras canadienses el sábado cerca de Halifax, degradado por el centro local de huracanes a “ciclón postropical muy intenso” con vientos de hasta 140 kilómetros por hora, antes de volver al mar, ayer.
Según las autoridades, más de 500.000 hogares no tenían electricidad a lo largo de la costa en las provincias de Nueva Escocia, Nuevo Brunswick e Isla del Príncipe Eduardo.
Mientras Canadá enfrentaba la tormenta, los bahameños que lo perdieron todo tras el paso del devastador huracán Dorian, intentaban escapar de las islas más afectadas, donde la tormenta de máxima categoría dejó al menos 43 muertos, una cifra que las autoridades esperan aumente “significativamente” y “numerosos desaparecidos”.
Aviones, helicópteros y barcos tanto privados como gubernamentales, e incluso cruceros, convergían en las terriblemente maltratadas islas Ábaco para ayudar con las evacuaciones, tanto hacia la capital bahameña de Nassau como a Estados Unidos.
Las instalaciones del pequeño aeropuerto de Marsh Harbour, en la isla de Ábaco, sufrieron la ira de los vientos de hasta 250 km/h de Dorian, entonces de categoría 5, la más alta. Varios hangares estaban derrumbados por el huracán, aunque la pista de aterrizaje estaba utilizable y centenares de personas pudieron embarcar rumbo a Nassau.
“Hace casi una semana que pasó y la gente no tiene comida ni agua. Sigue habiendo cadáveres por aquí, no es sano quedarse”, dijo una joven madre de familia, Chamika Durosier, que salió del aeropuerto huyendo del mal olor de los retretes, donde no se puede tirar de la cadena por falta de agua.
“Algunos duermen aquí desde hace tres o cuatro días. El número de asientos es limitado en los aviones”, cuenta Durosier, que sigue con heridas después de que el tejado de su casa le cayera encima a ella y a su hija por la fuerza de Dorian.
“Estamos muriendo”
En el puerto comercial de Marsh Harbour, cientos de personas esperaban también a marcharse. Bajo un sol ardiente, el olor de los residuos se mezclaba en toda la isla con el de los cuerpos en descomposición.
“No tenemos agua ni electricidad. Estamos muriendo, es una catástrofe. He tenido que caminar para llegar aquí a las cuatro de la mañana, y llevo esperando desde entonces. Quiero abandonar la isla de una vez”, dijo Miralda Smith, una haitiana que va a reunirse con su marido bahameño en Nassau.
Uno de los barcos de crucero que participaban en las operaciones de evacuación, el de la compañía Bahamas Paradise Cruise Line, llegó el sábado por la mañana cerca de Palm Beach, en Florida, con más de 1.500 habitantes de la isla de Gran Bahama.
Según la ONU, al menos 70.000 personas necesitan “asistencia inmediata” en Bahamas, esto es, el equivalente de la población de las islas Ábaco y Gran Bahama, las más afectadas por Dorian.
Las autoridades del archipiélago temen que las malas condiciones sanitarias empeoren aún más el balance de víctimas mortales del huracán.
La situación en Bahamas provocó muestras de solidaridad desde varios países. Un cargamento del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, con cerca de 15.000 comidas y toneladas de material, se esperaba el fin de semana en las islas afectadas.
Francia anunció el despliegue de decenas de soldados para participar en las labores de ayuda, en el marco de una misión europea. Y el presidente estadounidense, Donald Trump, prometió la ayuda de su país, cuya Guardia Costera ya se encuentra trabajando en Bahamas.
En el mar
Miles de kilómetros al norte, Dorian causaba estragos en la costa canadiense, dijo el Centro Nacional de Huracanes estadounidense.
Una grúa de construcción se derrumbó en Halifax, y el Centro Canadiense de Huracanes informó de “incontables reportes” de árboles derribados, fuertes lluvias e inundaciones a lo largo de la costa.
No se han reportado heridos graves o muertes, dijo la cadena de televisión canadiense CTV.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que su gobierno estaba “listo para ayudar a la Canadá atlántica ante esta tormenta”, mientras que su ministro de Seguridad Pública, Ralph Goodale anunció el envío de 700 soldados a la región para colaborar en la recuperación del servicio eléctrico y la evacuación de habitantes en áreas inundadas.
El domingo, Dorian viajaba en el mar, con vientos de hasta 130 km por hora, según el Centro Canadiense de Huracanes.