José Gil vive en la vereda Pantanos de Chinácota, y allí le dio un valor agregado a la leche de cabra y está fabricando jabón medicinal y de uso en cosmetología.

El lácteo también es aprovechado para procesar queso, kumis, sabajón y cortados, alimentos que, según él, no producen trastornos digestivos y contienen menos grasas que otras leches.

“Al ser un producto natural fortalece el sistema inmunológico y es recomendable a cualquier hora”, dijo.

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El proyecto de emprendimiento funciona en la finca El Paraíso en donde tiene asentado el aprisco La Rosita.

Allí, diariamente encierra las cabras alpino-francesas para ordeñarlas. De esta manera tiene disponible la leche para procesarla y convertirla en delicia para el paladar o en productos para el cuerpo humano.

El jabón

Gil dijo que el proceso de los jabones es netamente artesanal, sin tener que utilizar químicos para la elaboración.

El propósito es entregarles a los clientes un producto limpio de agentes y que no altere el contenido natural.

“Lleva leche de cabra, sábila, avena, aceite de coco y de oliva.También le agrego cera de abeja, vitamina E y extracto natural de naranja”.

El procedimiento lo empezó hace dos años cuando unos amigos en Bucaramanga le dieron la idea y de ahí surgió el proyecto.

Ha investigando por internet. Con la asesoría de expertos del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), fue perfeccionando la fórmula y los conocimientos para hacer jabones.

Los moldes en silicona los importaron de Estados Unidos, porque en el mercado nacional no se conseguían con las características que se necesitan para la fabricación de ese tipo de jabón. 

En la actualidad está dándolo a conocer. Mantiene clientes en Cúcuta, Chinácota, Pamplona, Bucaramanga, Barranquilla y Bogotá.

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“Dentro de las propiedades que posee, puedo asegurar que quita las manchas de la piel y es la mejor fórmula para las quemaduras”, afirmó.

Gil con su esposa Omaira García Cacique, tiene la intención de llevar el proyecto al Fondo Emprender, para acceder a recursos que le permita adquirir equipos y maquinarias.

La finca El Paraíso está a cuatro kilómetros de Chinácota y allí tendrán un spa, en donde utilizarán los productos elaborados con leche de cabra.