Aunque a las 5 a.m. apenas se abrió la frontera el primer grupo en pasar el Puente Internacional Simón Bolívar lo hizo en dirección a San Antonio, en el resto del día el flujo de entrada al estado Táchira fue mucho menor en relación al número de personas que ingresaron a Colombia por Villa del Rosario.

Mientras que en la Avenida Venezuela (San Antonio) se hacían filas de hasta cinco cuadras para ingresar a territorio colombiano, y se exigía el porte de la Tarjeta Migratoria de Tránsito Fronterizo, las personas que ingresaban a Venezuela cruzaban la línea imaginaria que divide a ambos países sin necesidad de hacer colas ni mostrar documento alguno.

Aligeraban el paso en el puesto  de control migratorio del vecino país para que no les pusieran trabas en el acceso y se perdían en las desoladas calles de San Antonio.

Algunos ingresaron a trabajar y otros retornaban a sus sitios de origen después de pasar una corta temporada en territorio colombiano. Hasta ayer al mediodía se estimaba que habían entrado cerca de 3 mil personas hacía venezuela por el Puente Internacional Simón Bolívar.

En esta ocasión la Guardia Nacional Bolivariana  no fue un obstáculo para el ingreso; por el contrario, los uniformados ayudaron a sus connacionales a llenar las Tarjetas Migratorias para agilizar el paso fronterizo y permitirles pasar al otro lado de la frontera.

El ambiente estuvo bastante relajado y tranquilo, incluso, hubo quienes pasaron de lado a lado para aprovechar su cuarto de hora vendiendo tintos, aromáticas, y ofreciendo su servicio de maleteros por mil bolívares.

En 359 días del cierre  fronterizo aseguran no habían estado tan felices, pasando la frontera a su antojo, por la puerta principal y no por las trochas como lo hicieron los últimos meses.

Para quienes se disponían a viajar desde territorio colombiano a un tercer país, fue habilitada en la Aduana de San Antonio una nueva oficina de Migración, donde sellan la salida en el pasaporte vigente.

Adicionalmente, hubo quienes no estuvieron muy conformes con la Tarjeta Migratoria  como Rosa Sandoval, obrera de 40 años de edad y con residencia en San Cristóbal, quien dijo no explicarse el porqué de tanta tramitología entre dos países hermanos.

La Opinión