Megateo, jefe del último reducto de la guerrilla del EPL que opera en Norte de Santander, fue neutralizado en zona rural de Hacarí, en una operación conjunta de las fuerzas armadas dirigida desde Bogotá.

Fuentes extraoficiales manifestaron a La Opinión que la muerte del gran capo del Catatumbo ocurrió cuando intentó atacar a un helicóptero de las fuerzas militares con un artefacto explosivo que se le activó, causándole la muerte de forma inmediata. Su cuerpo quedó destrozado, al punto, de que en estos momentos, una comisión especial del CTI de la Fiscalía realiza pruebas dactilares para confirmar plenamente su identidad.(Lea: Confirman muerte de Megateo en el Catatumbo)

También revelaron que Megateo se encontraba acompañado de cuatro hombres que hacían parte de su esquema de seguridad: alias 'Castulo', alias 'Pucheros', alias 'Japonés' y alias 'Scharol'.

Desde principios de agosto, las autoridades emprendieron un gran operativo para dar con su captura, logrando herirlo en uno de sus brazos en una operación que logró llegar hasta su fortín en el corregimiento de San Antonio de La Vega, en La Playa de Belén. Allí fueron ocupados varios de sus bienes y desde entonces el ejército hace presencia en esta zona, vetada para las autoridades. (Vea también: En las entrañas del fortín de Megateo)

Megateo es considerado el segundo narco más buscado del país, después de Otoniel, jefe del Clan Úsuga. Por su captura, las autoridades de Estados Unidos ofrecían 5 millones de dólares, la misma recompensa que actualmente existe por el capo mexicano El Chapo Guzmán. La justicia de Estados Unidos le venía siguiendo los pasos desde hace años. El FBI y la DEA lograron establecer que  Megateo  es un mafioso de alto valor que ha blanqueado al menos 4 mil millones de dólares (12 billones de pesos) usando bancos de Estados Unidos, Asia y Europa. 

En el junio de 2012 las autoridades capturaron a Yanith del Socorro Sepúlveda Quintero en Aguachica (Cesar), identificada como la compañera sentimental del capo, quien fue extraditada a Estados Unidos.

Un capo excéntrio y escurridizo

‘Megateo’ nació en San Calixto, Norte de Santander, en 1976. Como rasgos físicos particulares se destacan sus 1,70 metros de estatura, ojos verdes, cabello castaño oscuro con entradas pronunciadas, barriga abultada, un dedo mocho y una cicatriz producto de un tiro recibido en la pierna derecha. (Lea además: La coca del Catatumbo y Megateo)

De su familia se sabe poco. Uno de los detalles conocidos es que su padre reside en una vereda de Convención y tendría cuatro hermanos, tres hombres y una mujer. De los tres hombres, hay uno que fue capturado en 2008 por porte ilegal de armas, fuga de presos y falsedad en documento público. Ella, y otro hermano, son docentes.

Su infancia, de acuerdo con algunas personas que lo conocieron, transcurrió de manera normal. No era un alumno aplicado y a duras penas aprendió a leer y a escribir. Sin embargo, en su familia había un tío, integrante de la guerrilla, que lo llevó a unirse a la lucha insurgente desde muy joven.

Abandonados los estudios y la vida de labriego, optó por las armas, el poder, la coca y el oro, pues si hay algo que le fascine a ‘Megateo’ por sobre todo lo demás, es ese metal precioso, del que hace ostentación con gruesas cadenas, relojes, manillas y dijes extravagantes, como el de una pistola 9 milímetros. 

El primer hecho delictivo en el que aparece su nombre relacionado data de noviembre de 2001, cuando ordenó el secuestro del grupo musical del cantante Alfredo Gutiérrez. Desde entonces, ha participado en decenas de acciones contra la fuerza pública, entre las que se destacan las siguientes:

- Agosto 14 de 2005: Ataque a una patrulla de la Policía de Ábrego en la vereda Pávez, que dejó como resultado 4 uniformados muertos, el vehículo incinerado y cuatro fusiles Galil calibre 7.62 y un revólver Smith&Wesson calibre 38 hurtados.

- Abril 20 de 2006: Ordenó el asesinato de 10 detectives del desaparecido DAS, 6 soldados y un informante que iban en su búsqueda. Los hechos se registraron en zona rural de Hacarí, en un punto entre Mesarrica y Astilleros. Por este crimen, ‘Megateo’ le entregó dos puchos de cocaína, un reloj de oro y $2 millones, al detective del DAS Carlos Alberto Suárez Reyes, quien filtró la información de la operación en su contra al guerrillero.

- Julio de 2008: Dos hombres pertenecientes al círculo más íntimo de su seguridad lograron drogarlo junto a uno de sus escoltas. Pretendían entregárselo al DAS a cambio de la recompensa que las autoridades colombianas ofrecían por su captura.

La entrega de ‘Megateo’ y su escolta se dio a las afueras de Ocaña, donde dos detectives de esa institución los montaron en el platón de una camioneta con el fin de traerlos a Cúcuta. Sin embargo, y dentro de lo que todavía se considera como un misterio, ‘Megateo’ desapareció en algún punto de la vía que de Ocaña conduce a Cúcuta. Los detectives encargados de su custodia manifestaron en ese entonces que, al intentar recapturarlo, sus armas se habían encasquillado y no habían podido detenerlo cuando este se internó en la maleza.

Desde entonces, ‘Megateo se dedicó única y exclusivamente al negocio del narcotráfico, dejando la confrontación armada con las autoridades a un grupo de hombres que se presentan como miembros del frente Libardo Mora Toro, de la casi desaparecida guerrilla del Ejército Popular de Liberación (Epl). (Aquí: Reacciones en redes sociales tras muerte de Megateo)

En su nueva faceta como narco, ‘Megateo’ se erigió como el único que ha logrado sentar en una misma mesa a narcotraficantes puros que operan en la región desde hace muchos años, comandantes de las bandas criminales que ocuparon los espacios dejados por los paramilitares luego de su desmovilización en el 2004 y miembros de la guerrilla de las Farc y el ELN que tienen como zona de incidencia los municipios del Catatumbo.

Víctor Ramón Navarro Serrano se convirtió en el narcotraficante que olvidó los ideales guerrilleros por los lujos que le dio la comercialización de la cocaína, gozó de gran aprecio entre la comunidad de los municipios de La Playa de Belén, El Tarra, Hacarí y San Calixto, por donde se movía con facilidad.

Adicto al licor y a las mujeres

Víctor Ramón Navarro Serrano era un derrochador, según un análisis Dofa (Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas) realizado por el Ejército. Entre sus debilidades estaba el consumo de licor en exceso con la población civil y las mujeres, pues féminas ingresan constantemente a sus anillos de seguridad y organizaba fiestas.

Entre las oportunidades del análisis están su indisciplina en las comunicaciones y su rutina. En cuanto a las fortalezas se contaban su habilidad para penetrar e infiltrar los organismos de seguridad del Estado; el apoyo de la ciudadanía, del ELN y las Farc, así como la posesión de armas antiaéreas.

Respecto a las amenazas, de acuerdo con el Dofa, era la fuga de información.

Sus ‘mano derecha’

Entre los hombres que podrían suceder en el mando a ‘Megateo’, según el Ejército, se encuentran ‘Caracho’, de la comisión de inteligencia; ‘Grillo’, de la seguridad de ‘Megateo’; ‘Darío’, de la comisión de finanzas y político; ‘Jeison’ o ‘Eduardo’, de la comisión norte de El Tarra; y ‘Mauricio’ o ‘Pácora’, de la comisión de orden público.

Su área de operaciones

El fortín del hombre más buscado del país era el corregimiento La de Vega de San Antonio, en el municipio La Playa de Belén. Una pequeña población con un parque, una iglesia blanca con una torre de punta dorada que sobresale a distancia y con solo 90 casas. Históricamente este poblado fue conocido como ‘El Cincho’ y tuvo resonancia nacional en los años 70, por sus abultados resultados electorales, de acuerdo con la página web de La Playa de Belén.

Además de La Playa de Belén, El Tarra, Hacarí y San Calixto fueran las otras jurisdicciones en las que operaba ‘Megateo’.

Millonaria fortuna

‘Megateo’, tuvo propiedades en Cúcuta, Ocaña, Aguachica (César), Soledad (Atlántico) y en el occidente de Bogotá. Un informe de la Policía señala que no solo los bienes eran un atractivo para este capo, pues igualmente le apasionaba la tecnología pues en una de las fincas ocupadas en el Catatumbo tenía un sistema de seguridad sofisticado con blindaje de puertas, cámaras de vigilancia y otras excentricidades.

La Dijín ocupó 39 bienes del jefe criminal avaluados en 20.000 millones de pesos, en cinco departamentos de Colombia. Éstos estaban a nombre de cuatro testaferros, entre ellos dos mujeres: Lili Estella Cano Amaya, quien estaría encargada de suministrarle víveres y medicamentos, y Marina Angarita Mandón, acusada de ser la principal testaferro del núcleo familiar del capo.

Angarita habría firmado contratos, entre 2009 y 2015, con la Alcaldía de La Playa de Belén por 207 millones de pesos, usados en lámparas y materiales para el acueducto del pueblo.

Órdenes de captura

En contra de Víctor Ramón Navarro Serrano pesaban cinco órdenes de captura por los delitos de secuestro extorsivo y agravado, concierto para delinquir con fines de secuestro extorsivo, rebelión y homicidio.

*Redacción Laopinion.com.co