El asesinato de estos dos colombianos y un venezolano obedece a la guerra entre grupos armados, según el coronel Barrera.
Eln no fue responsable de masacre en trocha fronteriza: Policía
Dos colombianos y un venezolano fueron las víctimas de la masacre que el fin de semana sacudió de nuevo a la frontera.
Los familiares de los occisos llegaron, este domingo, muy temprano a reconocer a sus seres queridos, cuyos cuerpos se encontraban en las instalaciones de Medicina Legal de Cúcuta.
Aunque inicialmente se hablaba de tres asesinados de nacionalidad venezolana, al final se pudo comprobar que la mujer era colombiana, así como también uno de los jóvenes.
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Paulina Betava, de 45 años, que recibió cuatro disparos en la cara (tres en el ojo derecho y uno en el izquierdo), era una comerciante que residía en Villa del Rosario, en el barrio Antonio Nariño.
Ella, contaron sus familiares, nació en Capitanejo (Santander), no tenía amenazas y era madre de tres hijos, dos de ellos mayores de edad.
La última vez que la vieron con vida fue el viernes a las 5:00 de la mañana cuando salió a trabajar, como lo hacía todos los días, y ya el sábado como a las 10:00 de la mañana les avisaron que la habían matado en la trocha ‘La Marina’.
El cuerpo de Betava estaba junto al de dos jóvenes, presuntamente maleteros que ella había contratado para llevar la carne de contrabando desde San Antonio hasta el municipio histórico.
Uno de los maleteros era Yen Rodríguez Ortiz, de 27 años, oriundo de Villa Caro, que residía junto a su esposa en el barrio Ezequiel Zamora de San Antonio. Llevaba cerca de ocho meses trabajando en esto porque no había más para hacer, contó su padre, también colombiano.
Rodríguez, cuyo cuerpo mostraba las marcas de la tortura con piedras y palos que le produjeron la muerte, tenía un mensaje sobre él que decía: “Eln presente, muerte a los sapos y colaboradores de los paracos”.
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Al respecto, el coronel Javier Barrera, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), negó cualquier posibilidad de que el triple asesinato fuese obra de esta guerrilla, y aseguró que el hecho obedece a la guerra entre grupos armados de la zona.
“Eso no fue el Eln. Eso fue delincuencia común, ellos no le quitan la cabeza nadie, no se ponen a correrlos. (…) Lo más probable es que los mataran en Venezuela, porque a ellos los corrieron y la posición de los cuerpos no corresponde a los signos de las muertes”, precisó el oficial.
La tercera víctima, que murió como Rodríguez -producto de los golpes y la tortura- fue Javier Enrique Quintero Parra, que al parecer también se desempeñaba como maletero.
Este hombre era de origen venezolano y residía en el sector de Mi Pequeña Barinas, también en San Antonio.
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