Los minutos previos al crimen de Francisco Javier Cervantes Flórez estuvieron rodeados de un ambiente familiar y de descanso en un humilde rancho de tabla y zinc, ubicado en el asentamiento humano Seis de Reyes, una zona montañosa frente a la cárcel de Cúcuta.

Hasta este sector, en la manzana H lote 8, llegaron los homicidas de Cervantes para interrumpirle el sueño y acabar con su vida.

La pareja de Cervantes aseguró que a las 11:25 de la noche del lunes, mientras dormía junto a su ser querido, oyó que desconocidos gritaban para que abriera la puerta, lo cual generó el presagio de que algo malo iba a ocurrir.

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Aunque ella inicialmente les contestó que estaba sola, los sujetos insistieron hasta que Cervantes decidió abrir la puerta de la vivienda y enfrentar la situación.

En ese instante, la víctima, natural de Gamarra (Cesar), de 51 años, fue impactada con varios balazos que acabaron con su vida de manera inmediata, justo en la entrada del rancho.

“Cuando yo escuché los tiros, lo único que hice fue agarrarme la cara y de repente vi a mi esposo caer al piso y ahí quedé paralizada”, comentó la mujer.

Hasta la escena del hecho arribaron miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) para practicar la inspección y el levantamiento del cadáver.

Los investigadores judiciales hallaron once vainillas y dos proyectiles de pistola calibre 9 milímetros, que fueron recolectados para aportarlos a la investigación.

La doliente aseguró que no conocía de amenazas ni problemas en contra de su compañero, pues siempre se caracterizó por ser un líder del asentamiento, con el fin de buscar el progreso de sus vecinos.

Uno de sus proyectos era construir un colegio para los habitantes de la zona, ya que su oficio era albañil.

“Nosotros teníamos planes de llegar a viejos juntos acá en el rancho, pero ahora me lo mataron y parece increíble que haya pasado eso”, agregó la mujer.

Problema de tierras

El coronel José Luis Palomino, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, dijo que las autoridades analizan una hipótesis que indica que el crimen podría ser producto de un problema por una disputa de tierras.

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El oficial presume que los responsables son venezolanos que estarían buscando tomar el dominio en este sector.

No obstante, aseguró que miembros de inteligencia están tras la pista de este nuevo hecho de sangre y poder capturar a los autores materiales e intelectuales.

La pareja de Cervantes afirmó que por temor a represalias en su contra abandonará el predio en el que llevaba un poco más de un año viviendo junto a la víctima.