Un disparo en la cabeza fue suficiente para acabar con la vida de José Antonio Carvajalino Quintero, de 32 años, en la noche del sábado, en Ocaña.

El sangriento hecho se registró en el barrio El Ramal, cerca de la iglesia de San Antonio, a las 8:40 de la noche, cuando el hombre se movilizaba en una motocicleta marca GN-125, vinotinto.

Según algunos testigos del crimen, dos hombres desconocidos que también viajaban en una moto, atacaron a Carvajalino, dejándolo tirado sobre el pavimento, a un costado de la vía, junto a la motocicleta.

Los vecinos del sector alertaron a la Policía sobre el homicidio.

José Antonio trabajaba como mototaxista desde hace un año.

Insistió en salir de la casa

Mary Carvajalino, hermana de la víctima, comentó que José Antonio insistió en salir de la casa de otro hermano, donde había estado todo el día, para hacer una “diligencia”, a pesar de que su pariente le propuso que se quedara durmiendo, porque ya era tarde, y al otro día tenían que ir a trabajar en una finca.

“Dijo que debía realizar una diligencia y que al rato volvía”, recordó la mujer, mientras esperaba el cadáver en Medicina Legal.

El hombre salió a las 7:00 de la noche, y una hora y 40 minutos después ocurrió el trágico desenlace que enlutó a la familia Carvajalino.

José Antonio fue agricultor, en la vereda Palo Grande, pero la situación económica lo obligó a dedicarse al mototaxismo.

El comandante de la Policía de Ocaña, coronel Ángel Gutiérrez, explicó que adelantan las investigaciones para esclarecer las causas y los autores del hecho de sangre que conmocionó de nuevo a la población, luego de que el pasado jueves fueran asesinados dos policías en el sector Santa Clara, cuando atendían el reporte de una riña.

En la noche del viernes fue asesinado el conductor de transporte público, Antonio Fernández León, de 49 años, natural de Villa del Rosario, cuando cubría la ruta La Gabarra- Cúcuta.

Los pistoleros le quitaron la vida con al menos seis balazos.

El hecho ocurrió en La Aduana, a seis kilómetros de Tibú.