Aunque para el gobernador Édgar Díaz, el fin de la ayuda humanitaria deja metas cumplidas del Gobierno nacional para los connacionales deportados por Venezuela, insiste en que la atención estructural que requiere el departamento todavía es insuficiente.

“Hemos hecho muchas mesas y vemos que el gobierno está lento”, dijo. “No hay generación de empleo ni de empresa, que son la principal necesidad de la región”.

Por ello, reiteró que más que seguir con decretos en estudio, el gobierno debe dar una solución inmediata con la exención del impuesto de renta para permitir la llegada de empresas. Sin esta decisión, según Díaz, el futuro de la región es incierto.

De otro lado, dijo que se continuará el impulso a la creación de una refinería para Norte de Santander, la cual se estructuró desde hace tres años, pero tampoco no ha tenido respuesta.

“El proyecto está detenido por la discusión que se tiene del número de barriles”, afirmó. “En principio eran 30 mil; luego bajó la cifra a 15 mil, pero como sea, es una propuesta que sí aliviaría”.

Agregó que no existe inconveniente ambiental para su ejecución y que además reduciría el contrabando y las mafias que controlan el paso ilegal de gasolina.

Igualmente recordó que hay dos normas en mora de ser revisadas: la ley anticontrabando y la ley de fronteras.

“Nunca hemos estado en favor del delito, pero sí necesitamos una norma que regule la dinámica económica”, y añadió que esta frontera, como cualquier otra, requiere inversión diferencial.

En relación con la ley de fronteras fue más radical: “es una norma que nació muerta”.

Según el gobernador, esta ley cumplirá tres años sin que se haya ajustado a la realidad local.

Para él, esta será una de las tareas para el gobierno de William Villamizar y del grupo de parlamentarios, pues sin un frente común de apoyo, difícilmente Norte de Santander y sus habitantes recibirán el trato digno que se les debe.

*La Opinión