Ureña y San Antonio, las principales poblaciones de Venezuela en su zona limítrofe con Colombia, se convirtieron en el escenario sorpresivo de una intensa jornada de violencia que generó una restricción obligada en el paso hacia ambos lados de la frontera.

La noche del miércoles, bandas de motociclistas armados recorrieron la zona comercial de las dos poblaciones, y en medio del caos y del vandalismo que desataron, saquearon varios comercios de marroquinería y de mercancías en general establecidos sobre la vía de entrada desde la vecina San Antonio.

“Estos pillos actuaron allí con absoluta impunidad, mientras la Policía y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) permanecían acuarteladas”, dijo el alcalde de Ureña, Alejandro García, opositor al gobierno.

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Hasta el miércoles, las poblaciones fronterizas permanecieron al margen de la violencia callejera de otras ciudades originada en enfrentamientos entre fuerzas del Estado que defienden al gobierno de Nicolás Maduro y manifestantes de la opositora Mesa de Unidad Democrática (Mud).

Otras fuentes dijeron que bandas de desconocidos asediaron a algunos vehículos que movilizaban mercancía desde la frontera hacia San Cristóbal.

Este jueves, muy temprano, grupos de manifestantes interrumpieron el tráfico entre Ureña y San Antonio, distantes unos 15 minutos,  a la altura del Central Azucarero del Táchira (Cazta), acción que fue repelida por la Gnb.

Al sitio fueron movilizadas varias tanquetas, generándose un enfrentamiento entre uniformados y manifestantes, con uso de gases lacrimógenos y perdigones. Varios manifestantes resultaron detenidos.

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El alcalde García dijo que con tanquetas y motociclistas “se intentó quemar la alcaldía”, en tanto civiles “disparaban a diestra y siniestra contra los manifestantes”.

En Ureña, manifestantes cortaron el paso hacia Colombia por el Puente Internacional Francisco de Paula Santander, mientras en San Antonio, donde permaneció abierto el Puente Internacional Simón Bolívar, el paso de personas se redujo de manera considerable en ambos sentidos.

La movilidad en Táchira estuvo reducida, especialmente en San Cristóbal, escenario lunes y martes de disturbios.

(Quema de basura le dieron a Ureña la imagen de una ciudad sumida en el caos. Hubo disturbios y saqueos por parte de motociclistas armados.)

Acusan a alcaldesa

El gobernador de Táchira, José Vielma, dijo que la alcaldesa de San Cristóbal, Patricia de Ceballos; el concejal Eduardo Delgado y el diputado Juan Carlos Palencia están “entregando dinero a mercenarios para que salgan a la calle a causar muerte y desolación”.

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Dijo que la mujer (esposa de Daniel Ceballos, preso) tiene “historial delictivo” y es “experta en explosivos caseros y estrategias incendiarias”. Según Vielma, hay un plan para “incendiar la alcaldía de San Cristóbal, la Oficina de Catastro y la de Proyectos, donde reposan pruebas contundentes de su gestión de corrupción”.

Señaló que en el ADN de la familia Ceballos  “sólo hay rastros de muerte, incendios, violencia, saqueos y terrorismo; por esa razón serán juzgados”.

*Con información de Eilyn Cardozo y agencias