La jornada de mitad de semana significó un nuevo retroceso para el peso colombiano frente al dólar, que continuó extendiendo sus ganancias ante la moneda local con el impulso que las diferentes tensiones globales le han dado.

El alza de la divisa llegó a tal punto que el jueves alcanzó un precio máximo de $3.218, es decir, su precio más alto en dos años y siete meses.

El peso se ha devaluado 5,5% en los últimos 12 meses y 7,3% en lo corrido del año, lo que disminuye el poder adquisitivo de los colombianos. 

Además, prende las alarmas en el Gobierno y los analistas, que empiezan a analizar por cuánto tiempo puede estar la divisa por encima de esta barrera, ya que esto podría afectar la inflación, teniendo en cuenta el alto peso de los productos importados en la canasta familiar, la cual es la base para medir la inflación.

Sin embargo, los analistas señalaron que lo más probable es que el dólar volvería a caer a $3.050 para final de año; tasa de cambio que no preocupa ni al Gobierno ni al Banco de la República.

Sobre el tema, Mario Acosta, analista de Ultraserfinco, explicó que “los impactos actuales son relativamente pequeños en el largo plazo y tendrían que ser sostenidos en el tiempo para que tengan un impacto en la inflación y en los productos”.

El alza del dólar puede afectar en el corto plazo las compras, por ejemplo, en la adquisición de carros.

Lo malo

Ahora, esto no significa que el alza no afecte en el corto plazo las compras y el bolsillo de los colombianos, ya que en términos prácticos, esta devaluación del peso significa que su sueldo ha caído cerca de 7,6%. 

Este dato se da al hacer el cambio en el salario de un colombiano con la tasa máxima de enero y el pico que tocó la divisa el viernes. 

Para trabajadores con un salario mínimo esto significa una pérdida de 20 dólares, mientras que para quien cuenta con un salario integral esto es equivalente a 262 dólares menos. 

Esto podría afectarlo si usted normalmente realiza compras en el exterior, paga servicios que se debitan en moneda extranjera o está pensando salir de vacaciones.

Todavía más práctico resulta el ejemplo al comparar lo que podía adquirir con ese dinero y ahora será más difícil. Una deuda en tarjeta de crédito por $5.000 dólares, promedio para un viaje a los Estados Unidos, podría representarle en dinero local 14,8 millones de pesos a principio de año. 

Sin embargo, si usted piensa pagar su deuda hoy, esta le saldría $1,2 millones más cara que en enero.

Los precios de los teléfonos inteligentes también se afectan con la variación del dólar.

Por poner un ejemplo, el iPhone 8 de la marca estadounidense Apple, valorado en 699 dólares, podía costarle a un colombiano 1,8 millones de pesos en abril, mientras que con los máximos logrados, el dispositivo podría costarle 2,2 millones de pesos. 

“El impacto en los precios al consumidor depende de la magnitud del movimiento. En 2014 hubo una alta devaluación que no se reflejó en inflación sino hasta el año siguiente”, señaló Mario Acosta, gerente de estrategia de Ultraserfinco, además, agregó que, “estos movimientos deben ser sostenidos en el tiempo para que tengan un impacto fuerte en inflación, ya que los inventarios que se venden ahora entraron a otra tasa”.

Así mismo pasa para los perfiles de consumidores más refinados. Quienes planeaban adquirir un vehículo de lujo como el Mercedes Benz C200 Cabrio, podían pagar por él 167,9 millones de pesos en enero; mientras que a precios del 17 de octubre este ya se encontraba en $200,9 millones de pesos, de acuerdo con los precios publicados en la revista especializada Motor.

Lo feo

Uno de los sectores más golpeados es el de importación y el industrial que tiene su base en las compras de bienes extranjeros para su producción. 

Según el Dane, los productos que más se importan en el país son combustibles y aceites refinados, productos químicos orgánicos, plásticos y aparatos electrónicos, lo cual sube con fuerza los costos de las empresas, que finalmente terminan subiendo sus precios a los consumidores.

En este caso, los analistas señalan que también toca mirar cuánto tiempo puede durar la divisa en precios altos, ya que muchas empresas tienen coberturas, que les permiten protegerse de estos episodios y logran de esta manera mantener los precios.

Para esta  coyuntura existen dos tipos principales de coberturas. La primera es un forward de divisas, producto ofrecido por bancos para que las firmas establezcan un acuerdo de compra de dólares a una tasa fija, con un tiempo y monto pactados. La Bolsa de Valores también ofrece un producto similar, conocido como futuros, con los que se hace la compra de Tasa Representativa del Mercado (TRM) en condiciones predeterminadas.

Lo bueno

En un plano general, la valorización del dólar puede ser un tema beneficioso para las finanzas nacionales.

Entre los aspectos positivos se encuentra una mejor balanza comercial al estimular las exportaciones y desestimular las importaciones, situación con la que ganan los cafeteros, la agricultura y la industria local. 

De igual forma valoriza los bonos del tesoro estadounidense del Banco de la República.

Andrés Herrera, gerente de portafolio de Colfondos comentó que “las compañías exportadoras deben estar contentas, sin embargo, es necesario que sepan hacer un buen uso de sus recursos y de abastecimiento”.

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¿Por qué sube tanto el dólar? 

A la lenta apropiación de la subida de tasas por parte del mercado se suma una escalada en las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, después de que el Gobierno de EE.UU. anunciara su retiro de un pacto nuclear con Rusia y tras mantener las amenazas de nuevos aranceles por US$267.000 millones en productos al país asiático. 

Europa también es protagonista, pues aún no hay un consenso en la disputa por el endeudamiento de Italia.

Otra pieza que agita el panorama global está en Arabia Saudita, al anunciar un aumento en su producción de crudo y tras la muerte del periodista Jamal Khashoggi.