La agroindustria panelera tiene una importancia más allá de la producción agrícola y del consumo en Colombia. Sin embargo, existen diversos problemas que afectan su competitividad: calidad y sostenibilidad.

En Norte de Santander, por ejemplo, la producción de panela tiene un rezago tecnológico grande con respecto a los principales departamentos productores de panela y se ha quedado en el puesto número 9 en todo el país.

Tanto así, que lo que se produce en el departamento ni siquiera es suficiente para abastecer la demanda local.

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En ese sentido, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) en su Centro de investigación Tibaitatá, han desarrollado el Centro de Investigación para el Mejoramiento de la Panela (CIMPA) donde hacen una serie de recomendaciones.

Agrosavia tiene su sede de Cúcuta, en alianza con el centro de investigación La Suiza, pero muchos de los productores desconocen que ya se han desarrollado tecnologías agrícolas y de procesos, que incluyen la introducción de variedades de caña adaptadas a las condiciones edafoclimáticas específicas de esta zona.

Las recomendaciones que recopilan los estudios van desde el manejo de suelos, plagas, enfermedades y malezas que determinan una buena producción de caña.

Según voceros de la entidad, los esfuerzos que se hacen por tener una infraestructura moderna y eficiente aún son muy pocos en el departamento y los que se tienen muchas veces no se hacen de la manera correcta, por desconocer este tipo de herramientas.

Con el fin de optimizar la extracción del jugo de la caña; CIMPA desarrolló el diseño de distribución en planta de cada una de las áreas con las que debe contar un trapiche. Para conocerlo, las personas pueden acercarse a la sede de Corpoica, antes de empezar a tecnificarse.

Una de las principales características es el diseño de hornillas energéticamente eficientes, que permiten reducir el consumo de combustibles adicionales al bagazo, así como disminuir los problemas de deforestación y de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

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Sin embargo, consideran que antes de empezar un trabajo de tecnificación es necesario mejorar las operaciones del proceso de elaboración de la panela y el manejo de los residuos y subproductos.

Simultáneamente a este desarrollo tecnológico, CIMPA ha ido incorporando una serie de recomendaciones tecnológicas, que constituyen un conjunto de buenas prácticas agrícolas (BPA) para el cultivo de la caña y de buenas prácticas de manufactura (BPM) para la elaboración de la panela.

Los problemas de la región

CIMPA recopiló una serie de problemas que tiene la producción de caña en el departamento y que impiden que se haga un trabajo eficiente y de mayor calidad:

1. La deficiente extracción de jugo de la caña en los molinos y la falta de automatización y control en las etapas de  procesamiento, evita la obtención de un producto homogéneo y dificulta la trazabilidad interna en la producción.

2. Insostenibilidad ambiental y deforestación causada por el uso de leña y llantas en las hornillas paneleras.

3. Erosión de suelos por el inadecuado manejo de los cultivos, alto consumo de energía y altas emisiones de gases de efecto invernadero, así como la contaminación de suelos y aguas por el inadecuado manejo de residuos y subproductos.

4. Baja competitividad, provocada por los altos costos de producción y la deficiente calidad e inocuidad de una buena parte de la panela que se ofrece en el mercado, por instalaciones no apropiadas y por el inadecuado manejo del producto en el proceso.

El panorama de la panela

Este producto se registra en 543 municipios de Colombia y se produce en 28 departamentos del país. 

Los cinco principales productores en su orden son Santander, Cundinamarca, Boyacá, Antioquia y Nariño; Norte de Santander es el noveno en producción.

La producción de caña de azúcar y panela genera más de 300.000 empleos directos, lo que hace de esta agroindustria la segunda actividad productora de empleo agrícola, después del café. 

Colombia es el primer consumidor mundial de panela por habitante, con un promedio de más de   24 kg/persona/año y es el segundo productor mundial, después de India.