“Gracias, muchas gracias”. Esas fueron las primeras palabras de la tenista María Camila Osorio Serrano al llegar a Cúcuta tras conseguir el título del US Open Juvenil y consolidarse como la número uno de la categoría.

La cucuteña no podía dejar de sonreír al ver a tanta gente esperándola, ha sido una semana increíble, pero extenuante,  así que ver y abrazar a su papá Juan Carlos fue reconfortante, pero saber que su mamá fue operada de una rodilla en su ausencia  y no le contaron le arrugó el corazón.

Sin embargo abrazarla y saber que ya está mejor, la motivó para seguir sonriendo y disfrutando del momento que le tenían preparado.

El cansancio era evidente en su cara, pero su sonrisa podía más. Subió hasta lo más alto del carro de bomberos y desde ahí saludó a cada uno de los cucuteños que se detuvo durante la caravana para hacerle sentir lo orgullosos que están de ella. María Camila se gozó cada momento del recorrido.

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Volvió a sentir el calor de su tierra y el de su familia, ese que tanta falta le hace y que la motiva cuando está lejos. Intentará disfrutar al máximo el tiempo en estos días de descanso que tendrá antes de volver a competencias por que como ella misma lo dijo “esto apenas comienza”.

Es consciente de que tiene mucho por mejorar y sabe que el paso al profesionalismo no será fácil, aunque va motivada por la forma como terminó su paso por la categoría juvenil. Físicamente se siente bien y mentalmente más fuerte que siempre.

En dos semanas volverá a las canchas en Estados Unidos donde disputará dos torneos más antes de regresar a seguir entrenando y enfocándose en lo que conlleva convertiste en un jugadora de tenis profesional sabiendo que es la mejor de Colombia  y que tiene como meta llevar el tenis nacional femenino hasta lo más alto posible.

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Sobre  quién será su nuevo entrenador no dio pistas, aseguró que será una decisión que tomará pronto pero aseguró que está dispuesta a seguir fortaleciéndose  para volver con más triunfos.

Agradeció a cada una de las personas que la han acompañado en el proceso, así como a los patrocinadores (Colsanitas, Talentos Postobon y Comfanorte) que han confiado en ella y que la siguen apoyando. 

“Siempre soñé con un ganar un grand slam y sé que lo voy a llevar a mi casa y mi familia lo va a celebrar con mucha emoción. Esto apenas es el comienzo de algo grande por lo que me he entrenado, luchado y sacrificado”, dijo la cucuteña.

Y es que desde que María Camila pisó una cancha de tenis, supo que esa sería su pasión.  Su primer entrenador (Édgar Muñoz) que fue el mismo que entrenó a Fabiola Zuluaga (extenista), entendió su talento y le ayudó a formarse. Ahora recuerda con cariño esos primeros días de entrenamiento cuando la raqueta era casi de su mismo tamaño y su amor era tanto por este deportes que luego de los entrenamientos llegaba a seguir practicando en el patio de su casa. Además de jugar tenis María Camila le apasiona cantar, bailar y tocar el ukelele. “Es algo que me divierte mucho”, cuenta sin dejar de sonreír.

Y es que a sus 17 años es una persona feliz, a su mamá Adriana le cuesta recordar si hay algo que ponga de mal genio a su hija. “Es muy carismática y alegre, disfruta de lo que hacer y desde casa le hemos inculcando que puede hacer todo lo que se proponga. Estamos muy orgullosos de ella y sabemos que se ha convertido en ejemplo para otros niños y eso nos hace felices”.

Tras disfrutar del momento que está viviendo, la tenista cucuteña, retomará los entrenamientos y los campeonatos.