Por realizar la quema ilícita de desechos e invadir con basura los canales de escorrentías de lluvias que desembocan en el cauce del río Zulia, la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) capturó en flagrancia a dos hombres de 21 años y una mujer de 36 años, en la vereda Paraíso Perdido del corregimiento Urimaco.

La institución informó que el procedimiento fue realizado por efectivos del Grupo de Protección Ambiental y Ecológica (Gupae), en coordinación con funcionarios de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), luego de evidenciarse una densa humareda.

“Al inspeccionar la zona se estableció que el humo provenía de una recuperadora de material reciclado que funcionaba en el lugar. En el momento, a cielo abierto y utilizando una caneca metálica que hacía las veces de horno de incineración, se estaba realizando la quema de diferentes materiales de plástico, acrílicos, eléctricos y electrónicos, entre otros elementos”, agregó la Mecuc.

La Policía señaló que los funcionaron corroboraron el mal manejo de los basuras recicladas, ya que varias toneladas de las mismas eran depositadas dentro del espejo de agua del canal de escorrentías de las precipitaciones, residuos que por la incidencia de las lluvias son arrastrados y, según información de la comunidad, terminan en el río Zulia.

Los detenidos, sindicados del delito de contaminación ambiental, quedaron a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía.

Ante las irregularidades, la autoridad ambiental determinó tomar como medida preventiva el cierre temporal de la recuperadora hasta tanto no sean sacadas en su totalidad del lugar las basuras y sean depositadas en el relleno sanitario establecido.

Además los encargados del establecimiento no deben reincidir en las actividades ilícitas por los cuales fueron detenidos. En caso contrario nuevamente se aplicará lo establecido en la Ley 1453 del 2011 que determina los delitos ambientales.

La Policía de Cúcuta recalcó que estas prácticas ilegales cerca de afluentes y poblaciones ponen en grave riesgo la salud de los habitantes y el ecosistema.

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