Ni nueva terminal ni Centro de Alto Rendimiento ni claridad sobre la compra y venta entre la Alcaldía y la Central de Transportes Estación Cúcuta de un predio ubicado cerca a donde se construiría la nueva central de transporte; en suma, quedaron más inquietudes por el control político a la Central, según dijo el concejal Oliverio Castellanos.

La denuncia consistió en advertir que la donación en 2002 de un lote de 10 hectáreas por parte de la empresa Distasa a la Alcaldía perdió su objetivo.

Ahora, en lugar de servir “para el levantamiento” de las instalaciones  proyectadas en ese momento por parte de de la Central de transportes, como reza la escritura original, se cambió la destinación y se prevé construir un Centro de Alto Rendimiento (CAR).

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Según escrituras entregadas por el concejal, en 2002 se efectuó la donación, cuando la gerencia de la Central estaba en cabeza del actual alcalde de Cúcuta, César Rojas.

El 21 de marzo de 2017, la Central de transportes vendió el predio por 2.400 millones de pesos al municipio de Cúcuta, con un acuerdo de tres cuotas: la primera, de 1.220 millones de pesos; y la segunda y tercera, de 600 millones de pesos, respectivamente.

Sin embargo, el 17 de abril de 2017, la escritura se modificó nuevamente “por mutuo disenso expreso” que revoca el contrato de venta de marzo, para luego, el 12 de mayo de 2017 reanudar la venta, otra vez con el municipio como comprador.

La situación, para el concejal es confusa y “se observan irregularidades de forma y fondo en la venta del predio pues no se logran determinar las razones para la venta de este predio”.

“No entiendo por qué la Central vende el lote”, cuestionó.  “Es como una compra ‘yo con yo’, porque el alcalde es el presidente de la junta directiva de la Central de transportes, decide vender el lote, y lo compra el municipio”.

Agregó que si el municipio está en déficit, “gasta estos recursos”, pero además proyecta construir un centro de alto rendimiento, es evidente “el desorden administrativo”.

“Mi preocupación es que mediante escritura pública hubo una destinación específica pero, en últimas, no vamos a tener Central de transportes y van a incumplir el plan de desarrollo”, aseveró. 

Ante esto, el concejal solicitó información sobre este caso; en qué se han invertido los recursos que entregó la alcaldía y ascienden a 1.200 millones de pesos, así como las razones por las que no se cubierto la totalidad de la deuda por el pago del predio.

Y la nueva terminal

La Central de transporte explicó que el proyecto de la terminal, abandonado desde 2007, lleva 19 acciones de la Alcaldía, pero se han encontrado obstáculos en el acceso a la información, y las denuncias ante la Superintendencia de sociedades por vulneación al accionista minoritario no han tenido eco.

Por ello, se ratificó la disolución de la sociedad, pues el proyecto es inviable.

El gerente responde

Óscar Sandoval Blanco, gerente de la Central de transportes, se defendió de los cuestionamientos y dijo que el lote “era un activo de la Central, tenía 12 años invadido, estaba casi perdido y lo recuperamos”.

Sin embargo, la situación financiera de la entidad llevó a buscar estrategias para subsanar estos inconvenientes, y “uno de los salvavidas era este”.

Así, se avaluó el lote  en 2.420 millones de pesos, “es decir que sí hay un avalúo, contrario a lo que se afirma” y “el apoyo que nos dio el alcalde está claramente explicado: hay mil millones de pesos en el banco, y 200 millones se destinan, en parte, para pagar la seguridad de la Central, otra parte para los abogados, entre otros”.

El funcionario explicó que los mil millones de pesos garantizan las indemnizaciones “si hubiese lugar a ello, en el proceso de reorganización de la Central”, que afectó a 21 trabajadores, en su mayoría sindicalizados.