Juan Camilo Villalobos Montilla, 11, y su hermano Yeferson David Vásquez Montilla, 9, salen de su casa en el barrio Las Delicias a las 5:30 a.m. Cada uno va con su morral acuestas y un termo de agua. El objetivo es tratar de llegar a las 7 a.m. a su colegio Carmen de Tonchalá.

Decenas de otros niños, de 6 a 12 años, hacen lo mismo.

Cruzan el barrio rápidamente y sortean el paso por el anillo vial, como  habilidosos caminantes, a pesar de su corta edad. No miden riesgos, simplemente los desconocen. Sus ojos infantiles ven el trayecto como una travesía de diversión.

Caminan desde la entrada a la vía del Carmen de Tonchalá cinco kilómetros de arena, piedras, monte, paso de volquetas.

La razón es que no tienen 4.000 pesos (2.000 cada uno) que necesitan para subir al bus privado que cubre la ruta escolar, porque el Municipio no los transporta, como está obligado a hacerlo.

Ninguna escuela del sector rural de Cúcuta tiene hoy transporte oficial.

Van 10 días de clases. Juan y Yeferson no han dejado de asistir. Durante hora y media se adentran en una de las primeras vías que se conformó en Cúcuta, y que hoy sigue siendo una trocha.

David, el más travieso, es venezolano. Casi que corre en cada paso que da. Juan Camilo le vigila el trote, lo regaña y lo alienta a tomar piedras por si se les atraviesa algún pájaro en el camino. “Pa’ las guacharacas, David”, le repite.

Luz Deilimar Jazmín, 11, es vecina del par de hermanos. Ella prefiere salir un poco más tarde. “No salgo con ellos, porque si nos vamos todos juntos y pedimos una cola, como somos muchos no se paran los carros”, cuenta sonriente mientras toma agua de su pequeño filtro rosado.

Juan Camilo confirma lo que cuenta la niña: “a ella es a la primera que le dan la cola, por ser niña”.

Es primera vez que ella estudia en esta institución, pero dice que le gusta, a pesar de lo lejos que le queda de su casa.

Cuando van por mitad de camino les pasa la buseta privada con el resto de los compañeros de clases.

Los tres niños llegan cansados al colegio, pero con ganas de estudiar. 

La directora del colegio rural, Amparo Meneses, explicó que este plantel está conformado en su mayoría por niños que viven en los barrios del anillo vial, sector occidental, pues en los colegios más cercanos a estos barrios no hay cupos disponibles.

El plantel tiene una matrícula de aproximadamente 320 estudiantes, y están asistiendo apenas 120. Los padres tienen la opción temporal de la buseta privada, pero Meneses sostiene que la mayoría son pobres, y con tres y cuatro niños estudiando en el plantel. “¿De dónde sacan para pagar a la semana 30.000 pesos semanales si son tres hijos los que vienen al colegio? Imposible”, indicó.

La semana próxima se tiene previsto que comiencen a distribuir el Programa de Alimentación Escolar (Pae) y en esta institución se da una cobertura del 100 por ciento. “No sabemos cómo hacer, porque de acá los niños se van almorzados, y ahora se van a quedar en casa sin su comida”, precisó.
Saúl Ruiz, profesor de quinto grado, explicó que ha sido difícil dar continuidad a las clases: la asistencia no es constante.

Carmen Moreno, habitante de El Rodeo, tiene a su nieto de 11 años estudiando en Carmen de Tonchalá. Ella no ha enviado al chico desde que comenzaron las clases, y argumenta la falta de transporte escolar. 

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Los niños piden a conductores que pasan por la vía, que los lleven, pero esto representa un gran riesgo para ellos.

Pasan el Anillo Vial sin medir el peligro que representa atravesar esta vía rápida.

Transporte

El año pasado, el transporte escolar contratado por la Alcaldía de Cúcuta empezó desde el día uno. Sin embargo, este año aún se encuentra en proceso de licitación el nuevo contrato.

La licitación tanto para las zonas rurales como para el corredor humanitario del puente Francisco de Paula Santander está contemplado para ser adjudicado aproximadamente el 25 de febrero. Las propuestas de los oferentes se recibirán hasta el 14 de febrero, según el pliego de condiciones.

El contrato, por 3.686 millones de pesos, beneficia a 1.888 estudiantes de la zona rural, que son trasportados en 39 vehículos por 160 días del calendario escolar.

Mientras tanto, en el corredor humanitario son 2.023 alumnos que utilizan 19 vehículos durante 125 días escolares.