La aguda crisis social y económica que vive Venezuela ha hecho que Cúcuta reciba a miles de habitantes de la nación vecina, quienes viajan a hacer efectivos los envíos de dinero que hacen sus familiares residenciados en otras ciudades de Colombia y países, para que cubran sus necesidades básicas.

El auge de extranjeros en las casas de giros genera que la dinámica de la economía cucuteña sea mayor. Desde hace tres días hay largas colas en las sucursales de Western Union, escenas recurrentes por períodos desde el año pasado. 

Una de sedes de la empresa con gran cantidad de usuarios es la de la calle 11 del centro de Cúcuta, entre avenidas 4 y 5, y esta situación tiene satisfechos a unos comerciantes del sector, pero a otros no.

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Para Luis Hernán Gómez, quien tiene una tienda naturista, deberían trasladar la fila para el muro perimetral de la Escuela Normal Superior María Auxiliadora, en la misma calle, entre avenidas 3 y 4, como se hizo el mes pasado. 

“Es que ellos se paran en la puerta, tapan el negocio, y además me tienen las paredes sucias, que acabo de pintar, porque se recuestan y ponen los pies”, expresó Gómez. 

Otros de los comercios perjudicados es la zapatería del centro comercial Internacional, que da hacia a la calle 11. Según una de las trabajadoras, en medio del tumulto de gente el vidrio mostrador se quebró y le tocó a la inmobiliaria colocar uno nuevo. 

“Los clientes no entran al ver tanta genta acumulada afuera. Si uno les dice algo, algunos se molestan. Creo que hace falta más control, porque ellos están expuestos a fleteos, los arrastradores les cobran 50 mil pesos por traerlos hasta ahí, tienen que aguantar el fuerte sol. Todo esto es un riego para estas personas y eso es responsabilidad de esa empresa”.

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En el caso de una cafetería y de un local de fotocopias, sus encargadas están agradecidas, pues las ventas han aumentado. De acuerdo con la empleada de la fotocopiadora, los clientes de la casa de giros adquieren allí también el servicio de internet wifi y recarga de batería de sus celulares, lo que les genera ganancias.

José Navarro, trabajador de una tienda de bolsos, manifestó que hay que ser tolerantes con la situación, debido a que esto dinamiza la economía. “Uno tiene ponerse en los zapatos de estas personas, muchas hacen la fila con el carro de llevar mercado, porque cobran el dinero y se van a los supermercados”.

Los comerciantes reconocieron que hay invasión del espacio público, que por la acera en dirección a la avenida 5 es difícil transitar y que tras el cierre de la sucursal de Western Union queda basura regada. Por ello, es necesario más control y orden.

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En julio del año pasado, la Alcaldía de Cúcuta cerró temporalmente las oficinas de Western Union de la avenida 5, entre calle 10 y 11, frente al parque Santander; y la de la calle 11, entre avenidas 3 y 4, por incumplir el acuerdo con la Secretaría de Gobierno de implementar acciones para evitar la invasión del espacio público y el desorden.

Las estrategas definidas fueron el alquiler de nuevas oficinas contiguas a sus sedes, la entrega de fichas y de citas. Las autoridades aplicaron esa vez el Código de Policía y Convivencia Ciudadana.