El tema de los perros de razas potencialmente peligrosas ha estado álgido en los últimos días y los controles que se están empezando a implementar han llevado a que muchos tenedores de los perros que menciona la Ley 746 de 2002 salgan en busca del bozal para evitar sanciones.

La situación también ha sido provocada por la entrada en vigencia del nuevo Código de Policía y Convivencia.

Recientemente, quienes marcharon contra la estigmatización de las razas potencialmente peligrosas lo hicieron con sus perros y muchos de ellos llevaban bozal. Sin embargo, según se vio en fotografías del evento, algunos no eran aptos o ponían en peligro a los animales.

Los tenedores están tratando de prevenir la multa que contempla el nuevo código si no se les pone bozal en sitios públicos y zonas comunes, y si no tienen correa o póliza .

Para cumplir la norma lo que han hecho muchos es comprar un bozal que no es adecuado y están tratando de adaptar a sus mascotas al uso de este sin tener en cuenta que existe un paso a paso para evitar que el perro se incomode o sienta que el implemento es un castigo.

Tenga en cuenta

Los etólogos prefieren no llamar las razas peligrosas, sino individuos peligrosos, ya que el comportamiento de cada perro es distinto y depende de diferentes factores. Pero eso no exime a un perro de que muestre comportamientos agresivos y que su raza esté contemplada en la norma.

Si le va a comprar un bozal, la etóloga Ana María Velasco recomienda el baskerville. “Es un bozal cómodo, seguro, que los deja jadear, beber agua y hasta comer. Hay que tener en cuenta la fisionomía del perro porque los bozales están diseñados para los que tienen el hocico largo”.

Para Eugenio Henao, psicólogo diplomado en etología, el bozal no debe generar estrés o malestar, por eso la importancia no solo de escoger uno que se adapte a la fisionomía y necesidades del perro sino acostumbrarlo de una forma adecuada a que lo use.

“El perro debe poder jadear, si no será muy peligroso para su salud si se saca a pasear”, asegura Eugenio.

Ana María agrega que un bozal inadecuado para la forma anatómica puede herir al perro y que “si es un perro agresivo y no tiene el bozal necesario puede quitárselo fácilmente y volverse un riesgo”.