En aras de conservar los recursos naturales, la Fuerza de Despliegue Rápido número 3 del Ejército Nacional promueve una campaña de arborización en los municipios que integran la provincia de Ocaña y la zona del Catatumbo.

Conjuntamente con la Universidad Francisco de Paula Santander y Corponor, se siembran especies nativas en la ribera del río Algodonal para garantizar el preciado líquido a los acueductos de las diferentes localidades.

Con la operación Artemisa se reforestan las fuentes hídricas en un trabajo mancomunado, señala el comandante de la Fudra, coronel Raúl Armando Medina Valenzuela.

(La Fuerza de Despliegue Rápido adelanta una campaña para sembrar árboles en la ribera del río Algodonal.)

La campaña se extenderá hacia otros municipios de la zona del Catatumbo como San Calixto, Hacarí y Teorama donde se registra una alta deforestación debido a los cultivos ilícitos, señala el alto oficial.

La estudiante de la Universidad Francisco de Paula Santander, Angie Paola Jaramillo, señala que a través del programa denominado la burbuja ambiental, se busca proteger los recursos naturales de la región.

“Con pequeñas acciones podemos lograr grandes cosas encaminadas a la transformación de la calidad de vida de los seres humanos. Hay que sembrar árboles y hacer ese aporte al mundo”, precisó.

Artemisa cuida la naturaleza 

El gestor ambiental de la Fuerza de Despliegue Rápido número 3, sargento segundo Reider Osorio, adopta estrategias encaminadas a proteger las fuentes hídricas en esta zona del territorio nacional.

El suboficial señala que la misión es reforestar aquellas zonas afectadas con los cultivos ilícitos y la minería ilegal donde se ha destruido mucha capa vegetal en la zona del Catatumbo.

“Hemos agrupado a todas las entidades del Estado para seguir lineamientos en materia ambiental. El objetivo es sembrar unas 16 mil especies nativas para proteger los nacimientos de agua. También tenemos en mente un proyecto encaminado a recuperar el páramo de Jurisdicciones”, recalcó.

En ese lugar las tropas proyectan la adecuación de un vivero para suministrar el material a los campesinos de la región con el fin de garantizar la reserva forestal en donde nacen los ríos Frío y Oroque, tributarios del Algodonal, manifiesta el director de la territorial de Corponor en Ocaña, ingeniero Albert Emiro Urquijo Sánchez.

“El compromiso ambiental es de todos y estamos trazando una ruta con la misma comunidad para repoblar los ecosistemas. A futuro sembraremos frailejones, una especie que capta muy bien el rocío y sirve como colchón para conservar el agua. Vamos a trabajar de la mano con los alcaldes de la región para la adquisición de áreas y luego declararlas como reservas forestales”, indica.

Asegura que la suma de voluntades debe desembocar en la creación de un distrito de manejo integral de las cuencas hídricas con políticas más amigables con el medio ambiente. “Recordemos la delimitación, en la que el cerro de Jurisdicciones hace parte del macizo montañoso del páramo de Santurbán y se debe hablar el mismo lenguaje para la protección”,  dijo. 

(En esta laguna nace prácticamente el río Catatumbo que a lo largo de la región recibe los afluentes para convertirse en eje del desarrollo de la zona.)           

Semilla en tierra fértil

Los mismos soldados recogen semillas de robles y cedros rojos, y el material es llevado a los viveros de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, Corponor; la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña y el batallón de infantería número 15 Santander.

El semillero de investigaciones integrado con estudiantes de ingeniería ambiental de la universidad es el encargado de efectuar los análisis para luego coordinar la siembra.

“La idea es vincular a todos los campesinos y presidentes de las Juntas de Acción Comunal para trabajar en el cuidado de los árboles. Todos debemos embarcarnos en esta campaña en pro del medio ambiente, cuidar esos tesoros para nuestros hijos y las futuras generaciones”, puntualiza el sargento segundo Reider Osorio.

Pulmones de la zona 

La Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, Corponor, en cabeza del ingeniero Albert Urquijo Sánchez, se suma a la jornada de arborización para reforestar la región.

El coordinador de la oficina de Control y Vigilancia, profesional universitario Juan Carlos Rodríguez Osorio y catedrático de la universidad, también se vinculó con el plan Artemisa. 

“Todos estamos sintonizados con el Sistema Nacional Ambiental y junto a los practicantes se adelanta la reforestación con especies nativas como robles, cedros rojos y guayacanes rosados en las zonas de los principales afluentes de la región”, agrega.

“No es un trabajo de un día, sino de todo el año activando esas máquinas productoras de oxígeno que sirven para contrarrestar el material particulado. El agua es vida y los árboles son los pulmones, entonces debemos cuidar la naturaleza”, explica en catedrático de la universidad.

Desarrollo sostenible 

Corponor, el esquema PSA BanCO2 y el grupo empresarial Nutresa, impulsan una iniciativa encaminada a recuperar del páramo de Jurisdicciones.

Así lo indica el gerente de la territorial en Ocaña, Albert Emiro Urquijo, quien coordina el desembolso de una compensación monetaria de 500 mil pesos mensuales a las familias campesinas para cuidar durante 16 meses los árboles sembrados en sus  predios.

Además, se proyecta con el batallón de Infantería número 15 Santander la adecuación del vivero para las especies nativas y especialmente los frailejones que sirven como colchones ecológicos en la zona.   

El desarrollo sostenible es el marco de gestión del grupo Nutresa, y en este sentido está comprometido a contribuir con un modelo económico que genere beneficios hacia las personas dedicadas al equilibrio con el medio ambiente.

“Bajo las directrices de director regional Gregorio Angarita Lamk se coordina la entrega de la compensación económica de 500 mil pesos mensuales a 30 familias por 16 meses, que se comprometen a sembrar y cuidar entre mil 500 a 2 mil árboles por predio en alrededor de 2 hectáreas. El compromiso debe ser al menos por dos años para el mantenimiento”, precisa Urquijo Sánchez.

El ingeniero señala que se deben sumar voluntades con entidades ambientales, alcaldes y gerentes de las distintas empresas de servicio públicos para la protección de las áreas estratégicas. 

“La unión hace la fuerza, para conservar esa fábrica de agua, son unos 15 millones de pesos mensuales que se deben pagar a las familias por 16 meses; eso son $240 millones que al fin al cabo no es mucha plata para los beneficios posteriores. Además, el artículo 111 de la ley 99 del 93 obliga a los alcaldes a disponer no menos del uno por ciento del impuesto predial para la compra de áreas estratégicas y paga de servicios ambientales a las personas que ofician como guardabosques”, dijo el director de la territorial Ocaña.

La Subdirectora de recursos naturales de la Corporación Autónoma de la Frontera Nororiental, Corponor, ingeniera biotecnológica  Sandra Gómez, resalta la implementación de los planes encaminados a mitigar la deforestación en esta zona de Norte de Santander.

“El programa consiste en un plan de pagos por servicios ambientales a los campesinos de la región que se comprometan a cuidar la reserva forestal. Controlar la tala, quema de los bosques e implementar proyectos productivos para mejorar las condiciones de vida de los labriegos de la región”, puntualizó.

Trascendió a este medio que los campesinos califican como una migaja el ofrecimiento ya que se requieren mayores recursos para sembrar y cuidar unos dos mil árboles por familia y proponen cambiar el esquema por la conservación de las áreas estratégicas. La propuesta está sobre la mesa para el trabajo conjunto de la protección de las reservas forestales de la región y así cuidar las cuencas hidrográficas de la zona.