La poca intervención humana que, por fortuna, ha tenido Arboledas lo convierten en un área estratégica para el avistamiento de aves, según cuenta Wilson Ortega, observador nortesantandereano que ha hecho de esta actividad una pasión que hoy le permite dar cuenta de 126 especies registradas, en la plataforma web E-bird.

Según Ortega, una de las ventajas ed Arboledas es que en solo 456 kilómetros cuadrados se pueden encontrar terrenos desde 450 a 4.200 metros de altura, lo cual implica un amplio rango de corredores para ver garzas y cóndores, sin problema.

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Los coredores biológicos, aún silvestres, permiten vislumbrar especies como la eufonia cabeciazul, el zorzal azulado, el carpintero crestirrojo o la tángara cabecirroja, que son la prueba del estado de conservación del municipio. 

Sin embargo, Arboledas también es hábitat de otros animales, como monos aulladores, que se escuchan en el bosque de niebla, así como mariposas, osos de anteojos, entre otras especies que merecen ser protegidas en este santuario regional.

Zorzal azulado.

Carpintero crestirrojo.

Tángara cabecirroja.