Tras tres toques en su puerta se asomó por la ventana del segundo piso de la casa donde habita en el barrio Carora de Cúcuta. Al abrir el portón de metal el olor a vinilos fue el abrebocas a una entrevista cargada de sensibilidad por el arte.

Juan Alberto Díaz Contreras, cucuteño y amante del arte pictórico desde que tiene memoria, guarda en su esencia un mundo que solo revela cuando le piden hablar de sus pinturas.

Él, hace parte del círculo de artistas locales que se formaron en el extinto Instituto de Cultura y Bellas Artes de Cúcuta, el mismo que es recordado con nostalgia porque se seguir funcionando, quizá, la historia artística de la capital nortesantandereana sería diferente.

Su primera exposición se dio cuando tenía 19 años, fueron unos dibujos en carboncillo.

Soñador y arriesgado como siempre ha sido, se unió en su juventud a un colega pintor, Demetrio Jiménez, quien falleció el 20 de abril de este año en Villa de Leiva, para ponerse la meta de recorrer Colombia haciendo exposiciones. El impulso les llegó a Bucaramanga, primera parada y donde las obras se colgaron en el hotel Roma.

Al recorrer su casa se aprecian cuadros de diversos tamaños y regados por cuando espacio hay. Todos con manchas y pinceladas en colores alegres, aunque algunos tienen rostros con un manchón en la boca en señal de la represión que hay en la sociedad.

Curiosamente al detallar los cuadros se aprecia que no son los tradicionales en óleo sobre lienzo, su rebeldía y escasez de recursos económicos, como él lo afirma, lo llevaron a ingeniárselas para pintar sobre cartón, tablas y costal sintético (este material da a las pinturas una textura llamativa).

Contó que sus padres murieron hace varios años dejando un gran vacío en su vida. Tiene hijos, pero no vive con ellos tras la separación con su esposa.

Los cuadros son su compañía, aunque dice que hace falta la presencia física de otra persona.

¿Qué lo identifica como artista?

Sentir la necesidad de expresar mi mundo interno y materializarlo en cuanto objeto se pase por mis ojos.

¿Qué técnicas definen su obra?

El vinilo sobre costal sintético y sobre cartón, telas viejas, medias, pantalones y camisas.

¿Por qué estos materiales?

No se puede invertir porque desafortunadamente no hay quien apoye a los pintores locales. Por transmitir un mensaje de cuidado del medio ambiente y de la importancia del reciclaje.

¿Desde cuándo trabaja las técnicas?

Toda la vida he sido pintor. Dejé el arte por un tiempo, pero la retomé hace 4 años con intensidad.

¿Cuál es el secreto para dominar los materiales?

El gusto por la pintura y el deseo de manifestar que existe una necesidad imperiosa de contar con imágenes. Nada es imposible cuando se quiere y utilizo ‘cunches’ de vinilos para hacer rendir la pintura.

¿A qué le pinta?

A todo lo que existe, especialmente a los sentimientos, a la impotencia, al amor, al mundo espiritual.

¿En qué corriente pictórica se enmarca su obra?

Mezclo lo abstracto, figurativo y surrealista, con el objetivo de visualizar lo que nace del alma.

¿Por qué no comercializa sus cuadros?

No me inclino al comercio y en vista de que no he podido hacer exposiciones en galerías, sino en mi casa, decidí hacer 500 pinturas y voy en 480. Cuando complete la meta si haré una gran exposición para demostrarle al mundo que sí se puede.

¿Los colores más utilizados por usted?

Rojo, azul y amarillo. Para mí son muy energéticos y ayudan a despertar el volcán que llevo dentro, mi rebeldía y el poder interno.

¿Pinta por rebeldía?

Si, totalmente. Por la rebeldía y por estar inconforme con todo, especialmente con las entidades de cultura que curiosamente no apoyan a los artistas cuando esa es una de sus funciones.

¿Pretende transmitir un mensaje de conservación?

Sí, las personas que tienen inclinaciones por el arte y carecen de recursos para poder comprar materiales, como ancianos y niños, pueden ayudar a la conservación de la Tierra reciclando y usando el tiempo libre para darle rienda suelta a su imaginación. Muchos de mis cuadros están hechos con retazos de camisas o de pantalones.

¿Su logro como pintor?

El que aún no llega

¿Qué le falta por hacer?

La exposición sonada, estoy a un paso y tengo invitaciones para viajar a Europa y a Venezuela.

¿Cuál es el cuadro número 481?

El que pienso hacer en las paredes y el piso de mi casa. Allí voy a pintar ángeles en un mundo abstracto para que mi templo sea el recinto soñado.

¿Su casa es el templo de la creación?

Es mi matriz y el centro de toda la creación, donde se producen las obras y vivo pariendo una serie de hijos como les llamo a mis cuadros.