Un preocupante panorama de la inestabilidad de las familias colombianas presentaron la Superintendencia de Notariado y Registro y la Universidad de La Sabana, al mostrar los resultados de un estudio en el que se evidencia el creciente número de divorcios en el país.

El ‘Mapa Mundial de la Familia 2015’, informe en el que participó la Universidad de La Sabana al lado de otras siete universidades internacionales, mostró que en Colombia sólo 20 % de las parejas adultas están casadas -la cifra más baja de nupcialidad en el mundo-, en contraste con el 35 % de colombianos que conviven en unión libre.

De acuerdo con el informe, solo en el primer trimestre de este año se han contabilizado más de 8400 divorcios, 13 % más que en el mismo lapso del año pasado. En todo 2015 la cifra de separaciones fue de 19.870.

El análisis en el que participó el Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, que cita cifras oficiales de la Supernotariado, de cada diez parejas que se casan tres se divorcian y un 50 % de ellas lo hacen antes de cumplir los tres años de relación.

El estudio señala que la ciudad con mayor número de separaciones legales fue Bogotá con 2014; le siguen Cali 855; Medellín 576; Bucaramanga 332; Pereira 329; Barranquilla 296; Armenia 214; Pasto 142; Ibagué 140; Cartagena 131; Neiva 122 y Cúcuta 113, entre otras.

Por ello, y luego de investigar por más de 20 años el tema del matrimonio y de asesorar durante tres décadas a cientos de parejas en crisis y a miles de personas que en algún momento de su vida quisieron casarse, el profesor Álvaro Sierra plasmó su experiencia en el libro ‘Pero si nos queríamos tanto’.

Se trata de una completa guía que recoge en 140 páginas consejos prácticos para quienes desean casarse y no quieren fracasar.

El experto considera que son varias las explicaciones para el fracaso de los matrimonios en Colombia: la falta de compromiso real de los novios, la creencia en falsas o ilusorias expectativas frente la pareja o la figura del matrimonio, o el exceso de entusiasmo al comienzo de la relación, que se va convirtiendo en desgano con el pasar de los meses.

Sierra también analiza temas como la trivialización del noviazgo, la inmadurez afectiva, la falta de autonomía de los nuevos matrimonios frente a los suegros o cuñados, los problemas generados por un inadecuado manejo del dinero y la baja tolerancia al dolor como consecuencia de una pobre nutrición espiritual.

A estas variables, el profesor Sierra agrega otras como el egoísmo con el que llegan las persona a la unión marital, las inseguridades y los miedos, y el desconocimiento del nuevo cónyuge.

Cuatro consejos

El autor plantea cuatro escenarios para no fracasar en el intento de tener un buen matrimonio: Primero: “Si se casa para ser feliz toda la vida, mejor no se case” o “si va a seguir pensando primero yo, segundo yo y tercero yo, mejor cásese con usted mismo”.

Segundo, dice, conozca el pasado de su pareja. “Es clave analizar y conocer a los padres de quien se convertirá en su futuro esposo (a), pues muchas respuestas cotidianas o decisiones en la relación estarán basadas en las costumbres que éste adquirió durante la infancia”.

Tercero, invita a investigar las pautas de crianza de la pareja. “Las relaciones con los familiares, las creencias religiosas, la educación de los hijos y el manejo del dinero, entre otros, son factores que se aprendieron en casa, y cuando hay grandes diferencias éstas pueden llegar a generar conflictos”.

Por último, el profesor Sierra pide a la pareja descartar el ‘príncipe azul’, el ‘levante perfecto’ o el trillado ‘buen partido’. “El amor no se da solo por estar con una persona atractiva, o con la que se tenga buen sexo, o que tenga dinero o poder. Estos son factores externos que se pueden perder en cualquier momento. Según los estudios la época del enamoramiento se termina en tres o máximo cinco años.

15 preguntas claves

Las siguientes son las principales preguntas que toda pareja debe hacerse antes de contraer matrimonio.

1. ¿Mi pasado sentimental es, literalmente, ‘cosa del pasado’?

2. ¿Sexualmente me entiendo bien con mi pareja?
 
3. ¿Conozco el historial médico, físico o mental, de mi pareja y su familia?

4. ¿Estaría dispuesto a perdonar una infidelidad?

5. ¿Cómo peleamos y de qué manera resolvemos los conflictos?

6. ¿Mi pareja respeta mis creencias religiosas y yo respeto las suyas?

7. ¿Acepto la profesión de mi pareja y sus condiciones de trabajo?

8. ¿Tengo ideas semejantes con mi pareja sobre el manejo del dinero?

9. ¿Sé qué deudas, responsabilidades y bienes tiene mi pareja?

10. ¿He acordado con mi pareja cuántos hijos quiero tener y en cuánto tiempo?

11. ¿Comparto con ella el modelo de educación que quiero para mis hijos?

12. ¿En caso de no poder tener hijos propios, adoptaría?

13. ¿Mi pareja encaja bien en mi realidad socioeconómica y yo en la suya?

14. ¿Acepto a los amigos de mi pareja?

15. ¿Acepto a mi futura familia política y me relaciono bien con ellos?

Bogotá | Colprensa