Este miércoles se conmemoró el Día Mundial contra la Obesidad, una enfermedad que va en aumento y que está generando preocupación entre la población mundial, afectando no solo la salud de las personas sino también la economía global y nacional.

La obesidad y el sobrepeso son definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una acumulación anormal o excesiva de grasa, que puede ser perjudicial para la salud, ocasionada por un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas.

Por eso, la principal preocupación entre las autoridades se ha generado en los niños, niñas y jóvenes, teniendo en cuenta que, según cifras de Unicef, el 30 % de esta población entre los 5 y 19 años de edad en América Latina y el Caribe están afectados por el sobrepeso y la obesidad.

En el caso colombiano, tres de cada diez escolares entre los 6 y12 años tienen exceso de peso y dos de cada diez adolescentes lo presentan, siendo más frecuente el sobrepeso en mujeres adolescentes.  

También revela que siete de cada diez niñas y niños entre 6 y 12 años permanecen más de dos horas al día frente a una pantalla, siendo un 7 % más en hombres que en mujeres y ocho de cada diez adolescentes permanecen más de dos horas al día frente a una pantalla.

Es así como desde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia se vienen promoviendo estilos de vida saludable, en entornos donde el 95 % de los casos de obesidad infantil obedecen a dietas altas en calorías y a la baja actividad física.

Además, tiene como objetivo crear conciencia en torno al cambio de hábitos y la importancia de la participación de la familia y la comunidad en general en la transformación de los entornos influyentes en la aparición de la obesidad.

Aida Oliver, representante de Unicef en Colombia, destacó que es importante crear hábitos saludables desde la primera infancia, como una forma de prevenir posibles consecuencias de salud en la edad adulta.

“No se trata de señalar un responsable o individualizar la problemática, sino de comprenderlo como una construcción conjunta en cada familia, comunidad y territorio. La transformación de entornos obesogénicos hacia entornos saludables implica que todos y todas participemos activamente como camino para que niños y niñas puedan tener y decidir mejores opciones para su nutrición”, dijo.

Por su parte, Luz Ángela Artunduaga, Especialista de Supervivencia y Desarrollo Infantil de Unicef, recalcó que es necesario estudiar lo relacionado con los estilos de vida saludable en los entornos del hogar y el colegio.

“Lo primero que se debe hacer es enfocarse en la alimentación saludable, la otra es actividad física y la última es higiene, es decir, todo lo que tiene que ver con lavado de manos y la preparación de alimentos. Eso es algo que hemos venido trabajando con el Ministerio de Educación en 24 instituciones del país. Esto requiere de una participación permanente del rector, los maestros y los padres de familia para que se posicionen estos tres ejes centrales”, explicó.

Otro factor fundamental es el de etiquetado de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, tal como lo ha sugerido la Organización Panamericana de la Salud. Además de esto, pide que se elimine este tipo de productos de la dieta de los menores de dos años.

"En realidad, a un niño no se le debería dar este tipo de productos, pues esto altera su paladar y genera una dependencia. No se está diciendo con esto que se erradique el consumo, está bien que se haga de forma ocasional. Pero si no se controla puede ocasionar daños en la salud de los menores de edad", manifestó.

Carolina Piñeros, directora ejecutiva de Red Papaz, recomendó a los padres de familia evitar el suministro de este tipo de productos y reemplazarlos por preparaciones hechas en casa.

"Lo mejor es comer frutas y verduras en preparaciones caseras. Además de esto, si los niños desean tomar jugos, lo mejor es que no contengan azúcar añadida, ya que esto no lo hace tan saludable. Nosotros hemos estado orientando a los padres para que adopten medidas de alimentación saludable y la enseñen a sus hijos, sin embargo, este es un proceso lento que requiere de un cambio estructural de hábitos", indicó Piñeros.

El ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, resaltó que se tendrá como objetivo disminuir a 6 % la prevalencia de exceso de peso en niños y niñas menores de 5 años al final del cuatrienio y mantener al 24 % la tendencia a la obesidad en niños entre 5 y 12 años.

Ruiz reconoció que esta situación tiene una absoluta complejidad, “porque existen diferentes aspectos que llevan a que terminemos siendo personas con problemas de sobrepeso y obesidad. Es un problema no sólo físico y de estilos de vida, también lo es ambiental, comunicacional y de apropiación de la sociedad sobre lo que es la alimentación”.

Para Ruiz, este es quizá el problema de salud pública más difícil de abordar desde el punto de vista estratégico, pues solo pocas sociedades han podido tener estrategias exitosas para la reducción de la obesidad. Por esta razón, el ministro pidió tener claridad en las metas e hizo un llamado para que en esta fecha se den mensajes correctos y se implementen estrategias en temas como la alimentación escolar.

“Es urgente porque tenemos una población que cada vez es más adulta, que se está envejeciendo y que tiene mucho más riesgo de enfermedades crónicas”, dijo el Ministro. A su vez, reveló que el porcentaje de discapacidad atribuibles al exceso de peso es del 50 %, por diabetes es del 34,5 % y por enfermedad crónica del 30 %.