La división de espacios en las viviendas ha tomado bastante importancia tanto para los constructores como para los propietarios. 

De un lado, las normativas le exigen a las firmas edificadoras incluir zonas verdes en la distribución del inmueble, con el fin de mejorar la calidad de vida de los inquilinos. También se cuenta con el creciente interés de los dueños por tener plantas en su interior que le den vida a su hogar.

A este interés se ha sumado la necesidad de incluir un componente medicinal y de volver a las recetas de la abuela, para hacer de esta experiencia un estilo de vida más saludable.

La arquitecta Wilma Figueroa resalta que las huertas medicinales se han convertido en una excelente opción para aprovechar las divisiones, en especial en viviendas de espacios limitados. Señala que es necesario tener a la mano hiervas para afrontar dolores pasajeros durante la noche, tal como lo hacían las familias del área rural o incluso para hacer infusiones que logren conciliar más rápido el sueño. 

Los aromas de plantas como la limonaria le dan un toque fresco al ambiente y a su vez logra liberar tensiones. A continuación recordaremos los beneficios de algunas plantas medicinales que se podrían tener en las huertas verticales. 

El cilantro: se dice que tiene poder afrodisíaco. Su infusión es digestiva. Su esencia es utilizada en la industria farmacéutica y en perfumería.

La albahaca: favorece la digestión. Sirve como aderezo en platos de mariscos, ensaladas, sopas y pastas.

La menta: ideal para bebidas heladas y ensaladas de frutas. Es estimulante estomacal y antiespasmódica. En infusión está indicada en casos de indigestión.

Las estructuras metálicas contrastan con divisiones oscuras.

El perejil: característico de nuestras cocinas, simplemente “va con todo”. Se utiliza para calmar el dolor de muelas causado por las caries, para detener el flujo lácteo y las hemorragias nasales.

El romero: sirve como aromatizante y es un excelente acompañante del queso de cabra.

El romillo: La infusión de tallos y hojas favorece la digestión, y es un buen calmante de la tos, de las irritaciones del aparato respiratorio.

El eneldo: un excelente acompañante del salmón, arenques o cangrejos de río.

El orégano: se utiliza en seco aunque su olor es más pronunciado cuando es fresco. Perfecto para el tomate, el queso, las verduras y la carne. Sirve para calmar dolencias estomacales y sirve como expectorante. En infusión se utiliza contra la tos, bronquitis e insomnio. En forma de aceite o de ungüento alivia diversas afecciones como el reumatismo, los dolores articulares y el dolor de cabeza.

La melisa: tiene propiedades sedantes y tranquilizantes de las funciones del sistema nervioso. Combate el insomnio y la ansiedad.

La salvia: se usa como tónico digestivo, también es antiespasmódica y antiséptica, por lo que sirve para lavar heridas.

La caléndula: es antiséptica, desinflamatoria y cicatrizante. Se usa para úlceras y heridas externas.

La lavanda: la infusión y los baños de inmersión tienen propiedades sedantes. También se usa externamente por sus propiedades antisépticas, para lavar y limpiar heridas.

Cimarrón: se usa en algunos casos para tratar el asma, dolor de estómago y dolor de oído, problemas digestivos, picaduras de insectos o serpiente, y fiebres. 

Limonaria: es una hierba con un aroma distintivo y sabor a limón. Proporciona antioxidantes, apoya el sistema inmunológico, elimina los insectos y otros organismos dañinos.