Colombia lleva más de tres años desarrollando un proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Farc), y hace tan solo unos días el Gobierno anunció que se iniciaron diálogos de forma oficial con el Ejército de Liberación Nacional (Eln).

Al finalizar esto, se espera que se acabe el conflicto armado que ha azotado al país por más de cincuenta años.

Después vendrá el posconflicto, una etapa en la que todos los colombianos tienen que aportar su grano de arena, si los guerrilleros se desmovilizan, pero si los ciudadanos no tienen buena convivencia, no habrá paz.

Y como la paz empieza en casa, el sicólogo José Fernando Mejía Acosta aseguró que un país que está en ese proceso de construcción de esa paz debe tener una sana convivencia en el hogar y en el colegio. 

"Necesitamos que los colegios y las familias se conviertan en constructores de paz", dijo.

Para Mejía, es importante que los padres y docentes eduquen a los niños en el tema de la agresión, teniendo en cuenta que hay agresores, agredidos y quienes están involucrados indirectamente.

Son cuatro puntos fundamentales que recomienda el sicólogo con los que se puede aprender a manejar la agresión.

* Manejar las emociones: Tener la capacidad de manejar la rabia o el miedo. Al niño se le debe enseñar a parar y pensar las situaciones. No hacer algo de lo que después se pueda arrepentir.

* Empatía: El niño o joven debe aprender a ponerse en los zapatos del otro, sentir lo que la otra persona siente. Sentirse triste cuando le hace daño a alguien, eso es conectarse con las demás personas.

* No darles órdenes: Los niños deben construir su propio camino, hay que dejarlos tomar sus decisiones, simplemente aconsejarlos en los pasos que deben seguir.

* Generación de opciones y consideración de consecuencias: Todos deben saber que cada acción tiene consecuencias. El niño debe aprender a pensar antes de actuar.

Todos los niños se relacionan con la agresión

"Cuando se habla de agresión en niños o jóvenes debemos tener en cuenta que además del agresor y agredido está quien observa la agresión, ellos también deben cambiar", enfatizó el sicólogo.

* Agresor: Los padres de las personas que agreden a otros no pueden negar esta acción, lo principal es reconocer lo que está pasando, de esta forma no lo alentamos para que lo siga haciendo. "No tratemos de apagar incendio con más fuego".

* Agredido: Si el niño es agredido hay que enseñarle a buscar ayuda, mejorar su comunicación, no quedarse callado, pero también debe controlar sus emociones para no responder con más agresión.

* Observa la agresión: No solo hay que cambiar las conductas de quienes agreden o son agredidos, también de los niños que observan. Deben saber que también son responsables y su papel es disminuir o enfriar la situación, no hay que aplaudir el hecho.

Acérquese a sus hijos o estudiantes

Los padres y docentes deben estar atentos a las reacciones de los niños, de esta forma le podrán enseñar a controlar las emociones.

"Si el niño siente algo, hay que hablar con él para identificar ese sentimiento", explicó Mejía.

Agregó que no solo se debe esperar a ese momento, también se pueden identificar emociones cuando los niños leen cuentos, ven televisión o juegan.

Si se identifica que el pequeño tiene rabia o ira se le enseña a controlarla. El sicólogo recomienda varios ejercicios como contar de 10 a 0 (cuenta regresiva), hacer operaciones matemáticas, pintar, relajarse, entre otras.

Con los jóvenes es más complicado

La comunicación entre padres e hijos adolescentes no siempre es la mejor, por eso, con ellos la convivencia es diferente, "es más fácil llegarle a un niño que a un joven", dijo el sicólogo.

"No hay que llegar con regaños o cantaleta, eso corta la comunicación, hay que ser estratégico, por ejemplo, una mala pregunta es preguntarle qué está sintiendo, lo mejor es reflejarle el sentimiento, se le puede decir: te he visto triste, te he visto preocupado. Es importante dejar la puerta abierta: sabes que puedes contar conmigo. Acérquese a ellos preguntándoles por otras personas, por sus amigos, busque temas que tengan en común, por ahí puede empezar la charla", explicó.

Mejía finalizó diciendo que la paz se construye hablando, de esa manera hay ambientes de sana convivencia, hay que negociar con los hijos, es mejor que hagan algo porque saben que debe ser así y no que lo hagan por miedo a represalias de sus padres.

¿Quién es José Fernando Mejía Acosta?

José Fernando Mejía, es un sicólogo graduado de la Universidad de Los Andes, quien además es coordinador de Programas de Formación de Docentes y consultor nacional e internacional en formación ciudadana para entidades como la OEA, el BID y el Icfes.

Mejía, también, es profesor de pregrado y posgrado. Ha diseñado y coordinado programas de formación de docentes y participado en el diseño de políticas educativas sobre esta área en el país. Tiene experiencia en evaluación de programas y como experto en proyectos de desarrollo y evaluación de competencias ciudadanas en Latinoamérica.