Cuando Isabella se fue al cielo, su familia decidió emprender el sueño que ella tenía: ayudar a los niños dando a conocer su historia.
El libro de una princesa con cáncer
La historia de Isabella Rojas Chacón parece ser la misma de cientos de niños en el mundo que a muy temprana edad son diagnosticados con leucemia, y no pueden ganar la batalla contra la enfermedad.
Isa, de tan solo 5 años, se fue al cielo en diciembre del año pasado, pero nunca supo por qué, no entendía por qué se le empezó a caer el cabello, ni que las quimioterapias se llamaban así. Para ella, todo era un mundo de fantasía que su familia le ayudó a construir en medio del dolor.
El hospital era su castillo de cristal y el cáncer, los dragones malvados que le roban la felicidad y las sonrisas a los niños.
En medio de su inocencia creía que los adultos tenían el corazón arrugado, porque no eran completamente felices.
La primera quimio que le inyectaron cuando apenas tenía 2 años era como un suero de color amarrillo, que ella asemejó con el polvo de hadas.
Desde entonces, decidió convertirse en una princesa con su propio cuento de hadas, un cuento salido de todos los esquemas y estereotipos.
Así fue creando su propia historia, la misma que hoy su familia, en medio del duelo, plasmó en un libro que quieren llevar a todos los niños de Cúcuta, Bucaramanga y Cali, las ciudades donde estuvieron por su tratamiento.
El libro se llama ‘La Princesa Isa y el corazón de cristal’, el cual ya está digitalizado, pero no ha podido imprimirse en los 1.000 ejemplares pensados, por su alto costo.
Angélica Rojas, tía de Isabella, fue quien se encargó de unir algunos dibujos que su sobrina pintaba por diversión y agregó algunos otros para hacer un buen producto.
"El libro es un homenaje a todos los niños que tienen cáncer y sonríen a pesar de que se les cae el cabello; también está dirigido a quienes lo tienen todo y no lo valoran”.
Los personajes
El libro de 27 páginas es una obra más gráfica que textual, llena de colores y pequeños fragmentos que cuentan la historia de una niña que llegó al mundo con el único propósito de enseñar el secreto de la felicidad.
En este mundo, todas las personas tienen el corazón arrugado, y en cambio ella tiene un corazón de cristal, al que le inyectan polvo de hadas.
“El libro trata de cómo una princesa llega a un mundo a rescatar a los niños de la tristeza”, dijo Rojas.
Entre los personajes se encuentran los dragones, que representan el cáncer y se roban la felicidad de los niños y de sus papás, convirtiéndoles la vida en una oscuridad total.
Los dragones tienen formas de hueso, pues es allí donde ataca el cáncer.
“Ella me preguntaba cómo eran los malos que querían hacerle daño, yo le decía que tenían uñas largas y colmillos y se metían en el cuerpo de las personas, como una metáfora del cáncer”, dijo.
Isabella los llamó dragones pues en medio de su inocencia decía que botaban fuego; un efecto de las quimioterapias era sentir demasiado calor.
El príncipe azul es su hermanito menor quién le donó su médula ósea. También se encuentra con un caballero en el hospital llamado Dieguito, un niño con síndrome de down que se convirtió en su mejor amigo y falleció tres meses antes que ella.
Finalmente, la princesa Isabella entrega su vida para rescatar el corazón arrugado de todos los niños.
“Cuando Isabella logra eso, el mundo de tristeza se convierte en alegría, y ella decide irse a donde pertenece, el cielo”, explicó su tía.
Las hadas son otros personajes importantes en la historia pues cada vez que ella dormía decía que las hadas llegaban a lanzarle polvito mágico para porder soñar.
El proceso
Como su familia, en especial su tía, empezó a crearle ese mundo de fantasía, todas las noches antes de domir pedía que le contaran un cuento, su propio cuento.
“Le contaba el cuento de las princesas, pero ella quería tener el suyo, y juntas empezamos a narrarlo: había una vez una princesa llamada Isa, y era la más valiente...”, contó.
El sueño de Isabella era que todos los niños la conocieran.
“Llegamos a un punto en el que dijimos, no nos podemos quedar estancados en la tristeza; decidimos en su honor cumplir su sueño a través del libro, que todos la conozcan”, agregó.
El cuento fue inspirado en los dibujos que tanto le gustaba hacer a Isabella; flores y soles con sonrisas.
Las dos últimas semanas antes de que falleciera solo dormía y cuando se levantaba lo único que hacía era dibujar, siempre cosas agradables.
“Ella nunca dibujaba nada triste, ni oscuro. A pesar de que era malgeniada, siempre hacía cosas bonitas”, dijo
En el libro también aparecen unos dibujos de helados y cupcakes que representan la diversión, la fuerza y la valentía que los ayudó a enfrentar la enfermedad.
“Siempre la teníamos que hacer feliz con música, la diversión eran sus juguetes, todos los días le llevábamos uno nuevo”, dijo.
A Isabella le encataban los osos, los juguetes la hacían reir y el amor fue el impulso que le hizo más llevadera la enfermedad.
El verdadero propósito
El libro está dirigido a todas las personas, empezando por los padres de niños que al igual que Isa, sufren por causa del cáncer.
“Es un llamado de atención a los papás que tienen a los niños con cáncer, porque cuando uno se entera de esa enfermedad lo que hace es limitarlos, que no deben correr porque se raspan, entre otras cosas; no los dejamos vivir”, dijo.
Rojas explicó que la lección más valiosa es no quitarle la inocencia ni la imaginación a los pequeños.
Aunque destacó que el libro es un homenaje a esos niños que padecen la enfermedad, también está dirigido a los que lo tienen todo y no lo valoran.
Por ahora, la idea es imprimir 1.000 ejemplares, de los cuales la mitad se regalará a niños de Cúcuta, Medellín y Cali.
El costo total de este proyecto es de $8 millones, pues el tamaño de los libros es carta.
La familia Rojas Chacón espera encontrar doce patrocinadores que colaboren con esta inversión y a cambio puedan ver sus nombres o los de sus empresas en los agradecimientos.
“Una vez los tengamos iremos a visitar el hospital Erazmo Meoz en Cúcuta y las clínicas en donde están los niños para regalárselos; una parte de los libros será para esos niños, y la otra para comercializarlos en colegios”, dijo.
Con el capital que se obtenga de esos libros vendidos, la familia quiere construir una casa hogar para los niños con cáncer que vienen del Catatumbo y de Venezuela.
“El verdero propósito de Isabella era tener una casa rosada como un castillo para que los niños que vivieran en la calle o estuvieran solitos, tuvieran dónde vivir”, agregó la tía.
Según Rojas, con este tipo de enfermedades no es un solo niño el que se ve limitado, sino que cuando hay más hermanitos, las mamás muchas veces tienen que dejarlos.
“Nosotros podemos decirles a esas mamás que traigan a sus hijos y los cuidamos para hacer que toda la familia permanezca unida. El libro nos abriría el camino al verdadero sueño de Isa”, agregó.
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